Achaguas, poblado del estado Apure ubicado a una hora de San Fernando (la capital), vive por estos días un gran agite, sobre todo entre la militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela, ante la expectativa de la escogencia de la abanderada o el abanderado de esa tolda política para las elecciones regionales, anunciadas para el cinco de diciembre.
Públicamente se mencionan varios aspirantes, pero será la dirección nacional del PSUV la que decida, en última instancia, quien será la candidata o el candidato, y el método para escogerlo.
Argelia de Jesús Aguirre de Figueredo es una de las aspirantes. Cuenta con el respaldo del campesinado y de un sector importante de las y los achagüenses. La dirigente señala que la proximidad de las elecciones (falta un poco más de un mes), y la urgencia de escoger a la candidata o al candidato, ha creado ese clima de efervescencia y de revuelo. Los rumores van y vienen y los comentarios saltan de boca en boca.
Figueredo es una vieja luchadora por los derechos de las campesinas y los campesinos. Viene de las filas del Partido Comunista de Venezuela. Docente jubilada, está al frente de la emisora comunitaria Achaguas sin Fronteras, desde donde emprende una batalla diaria para desmontar las matrices y mentiras de la prensa opositora y de los enemigos de la Revolución Bolivariana. Su tiempo lo comparte, además, con las luchas agrarias que comenzó hace más de diez años, emprendidas en la Asociación de Pequeños y Medianos productores del municipio Achaguas. Este grupo fue quien propuso su nombre como aspirante a presidir la alcaldía.
Figueredo confía en el buen tino y la sabiduría de la dirección nacional de PSUV a la hora de escoger a la abanderada o el abanderado, de manera de evitar los errores del pasado con alcaldes ineficientes que no han sabido estar a la altura del pueblo que los eligió. Piensa que la selección debe ser rigurosa, y en consonancia con el palpitar del pueblo.
Dice que una imposición desde arriba, ya sea regional o nacional, sería un craso error, y traería una nueva decepción.
“Cuando se logra imponer un candidato hay muchas razones de peso, pero creo que no es el caso de Achaguas. Yo entiendo que en unas elecciones que se harán tan rápido, el cinco de diciembre, no hay mucho tiempo para unas consultas de base, pero al menos podría ser una escogencia de segundo grado”, propone.
Una opción, plantea, es que el grupo de las y los 60 militantes que fueron al congreso fundacional del partido, además de los diputados electos, escojan una terna que sea presentada al PSUV en Caracas, razona.
Con respecto a su candidatura, señala que fue casi obligada por el movimiento campesino, ya que anteriormente no había aceptado la postulación.
Los retos
A su juicio, la Alcaldía debe ser reordenada y rescatada como institución. El municipio posee unos 60.000 habitantes y 27.000 electoras y electores. En los pasados comicios del 26 de septiembre, la votación de la Revolución triplicó la de la oposición unida.
Entre las tareas pendientes, destaca las de reparar la deficiente vialidad, elevar el nivel de vida de campesinas, campesinos y comunidades indígenas, recuperar los espacios públicos, mejorar los servicios y pavimentar las calles.
La esperanza de las y los achagüenses esta puesta en la inauguración de la planta procesadora de harina que se encuentra en fase de instalación de la maquinaria. El maíz para la planta será arrimado en parte por los campesinos. En Achaguas también funciona la empresa Pedro Camejo, cuya maquinaria facilita la preparación de la tierra y cosecha de las pequeñas y los pequeños productores.
“Creemos que la economía de este municipio radica en la agricultura y la ganadería. Nosotros hacemos nuestras las palabras del Che Guevara, quien decía que la Revolución que no comienza en el campo, no es una revolución. Consideramos que es así. Si una revolución no se aboca a la producción agrícola, al mejoramiento del nivel de vida de los campesinos, no se puede llamar revolución”, sentencia.