El equipo saudí de investigación de incidentes (JIAT, en inglés) ha emitido este sábado un informe en el que admite que la coalición liderada por Arabia Saudí, debido a una “información errónea”, atacó el lugar, es decir, un funeral, “un objetivo militar legítimo” que debía ser atacado “inmediatamente”.
La semana pasada aviones de guerra saudíes atacaron un funeral en Saná, capital de Yemen. La mortal ofensiva tuvo un saldo de al menos 140 muertos (213, de acuerdo con algunos medios) y 527 heridos. El movimiento popular yemení Ansarolá ya advirtió de que “vengaría la masacre”.
Según el texto del equipo saudí, no se tomaron las medidas preventivas aprobadas por la coalición —que lidera el reino árabe en su agresión contra el vecino Yemen—, que «tratan de asegurarse con anterioridad» de que el blanco de bombardeo aéreo no es una zona civil. En este caso, el funeral sí lo era.
El documento, que señala como responsable a la coalición, recomienda sancionar a las personas implicadas en “este error”, indemnizar a las víctimas del bombardeo, y revisar las “reglas de enfrentamiento” en el agresión militar al territorio yemení, informa la agencia saudí SPA.
El opositor Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) denunció el jueves que ese ataque de la alianza encabezada por Riad es, de hecho, un crimen de guerra, por lo que pidió una “urgente y creíble” investigación al respecto.
Este mismo sábado, un responsable yemení ha anunciado que el primer grupo de las personas heridas iba a ser evacuado dentro de las próximas horas al vecino Omán para recibir tratamiento médico.
“Se trata de un primer grupo de heridos para ser evacuados y tratados en el extranjero”, ha declarado a la prensa local Naser Awyali, un funcionario de Ansarolá de alto rango, sin precisar si otros grupos serían evacuados más tarde.