La comisión francesa de regulación de la energía recomendó incrementar el precio de la electricidad a los hogares en 9,6 por ciento, lo cual produjo rechazo en diversos sectores por la difícil situación económica del país.
De acuerdo con la entidad, las alzas son imprescindibles para compensar los costos de la renovación de equipos y prolongar en una década más la vida útil de las centrales nucleares, donde se genera más del 75 por ciento del fluido eléctrico.
Respecto a la diferencia en las cargas al consumo doméstico respecto al industrial, que sólo subirá en 3,8 puntos, la comisión alega que las empresas sufrieron los aumentos más importantes en los últimos años y por eso se afectará ahora a los hogares.
Este miércoles la vocera del gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, declaró que el presidente François Hollande se opone a un incremento abrupto del precio de este servicio.
Las tarifas definitivas se decidirán en julio y tendrán en cuenta el equilibrio entre los costos de la empresa Electricidad de Francia y el poder de compra de las familias, dijo la portavoz.
La ministra de Energía y Medioambiente, Delphine Batho, rechazó también los precios recomendados por la Comisión de Regulación de la Energía debido a las dificultades económicas sufridas por las personas de ingresos medios y bajos.