Los bebés son capaces de diferenciar quién es amigo y quién no, revela un nuevo estudio estadounidense.
Esta habilidad con la que cuentan los recién nacidos aun antes de poder hablar o tener información sobre las estructuras sociales demuestra que los bebés observan las relaciones sociales del resto, explicó Amanda Woodward, profesora de psicología en la Universidad de Chicago.
Para este estudio, publicado en la revista «Journal of Experimental Psychology: General», los investigadores separaron a 64 infantes de nueves meses de forma aleatoria en grupos y les mostraron un vídeo en el que dos adultos tomaba dos comidas y reaccionaba de manera positiva o negativa a cada una de ellas.
Después examinaron la forma en que respondían los bebés a los vídeos midiendo el tiempo que pasaban enfocados en la escena detenida en la pantalla al final de cada vídeo.
“Cuando los bebés ven algo inesperado miran más tiempo. Es algo fuera de lugar para ellos y tienen que comprenderlo”, declaró Woodward.
A los niños les sorprendió que los dos adultos, con un mismo gusto en las comidas, interactuaran mal entre ellos y que, sin embargo, los que no coincidían se comportaran amigablemente.
Las conclusiones del estudio proporcionan pruebas de que las interacciones sociales de las personas se pueden rastrear ya en la infancia.