El ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil Teori Zavascki resolvió este sábado que la Procuraduría General de la República abra una investigación sobre la llamada superplanilla de Odebrecht, que relaciona pagos hechos a 316 políticos.
Relator de Lava Jato en la Suprema Corte de Justicia, Zavascki decidió asimismo poner de nuevo bajo el control del juez Sergio Moro dos fases de esa operación anticorrupción: Acarajé y Xepa, indicó el portal de noticias UOL.
En la etapa denominada Acarajé el blanco principal fue el publicista político Joao Santana, vinculado a las campañas electorales del Partido de los Trabajadores (PT) desde el año 2005, y en Xepa fueron las sospechas de lavado de dinero y corrupción en los cuales estuvo presuntamente involucrada la referida constructora.
La superplanilla de Odebrecht contiene una relación de 316 políticos de 24 partidos que recibieron dineros de la empresa, aunque falta aclarar quiénes lo hicieron de forma legal y cuáles como «propinas».
En la lista, filtrada a la prensa por el propio juez de Curitiba en marzo último, aparecen los nombres de ministros, gobernadores, senadores, diputados y prefectos que participaron en las campañas electorales de 2012 (municipales) y 2014 (presidenciales, estadales y legislativas).
Según advirtió en su momento la revista Carta Capital, la filtración de la superplanilla «fue una nueva farsa» de Moro, quien tenía en su poder desde hacía un mes los documentos, encontrados por la Policía Federal en la casa del ex-presidente de Infraestructura de Odebrecht Benedicto Barbosa Silva Junior, en Río de Janeiro.
Moro no las filtró antes para permitir que el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el Partido de la Social Democracia (PSDB) cerraran un acuerdo para dar el golpe final al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, agregó.
La divulgación de los nombres de políticos que están en la línea del frente del golpe naturalmente impediría la intentona, consideró la publicación, según la cual el secreto sobre la superplanilla decretado horas después de forma sorprendente por el propio juez de Lava Jato fue solo una cortina de humo y una maniobra diversionista.