Más de 500 presuntos miembros de las denominadas bandas criminales emergentes (Bacrim) fueron capturados en lo corrido de año en Colombia, según el director de Seguridad Ciudadana de la Policía, general Rodolfo Palomino.
Acorde con Palomino, citado este sábado por RCN La Radio, las detenciones se han presentado en varias regiones del país, pero fundamentalmente en los departamentos de Córdoba, Bolívar, Santander y Antioquia.
El oficial también indicó que en esas operaciones se han incautado más de 100 armas de fuego de largo alcance y más de mil kilogramos de estupefacientes.
El Gobierno colombiano insiste en calificar a las Bacrim como «vulgares narcotraficantes», mientras algunos analistas las consideran un nuevo tipo de paramilitarismo.
Para muchos el mapa de las Bacrim es casi calcado sobre el de los antiguos paramilitares agrupados en las disueltas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En ese sentido, observadores sostienen que no es casual que la ubicación de los frentes de las AUC en el pasado coincida en la actualidad con los territorios de operación de las Bacrim.
De ahí que muchos de los lugares donde hubo desmovilizaciones de paramilitares sean los mismos donde hoy las bandas emergentes desplazan a la población civil.
Si bien el Gobierno sostiene que las Bacrim son un fenómeno nuevo y distinto al de los paramilitares, la Policía reconoce que un gran por ciento de esos grupos están conformados por desmovilizados de las AUC.