Con su sorpresivo retorno el comandante Hugo Chávez se anotó otra victoria frente al imperialismo que desplegó en estos 70 días de su ausencia la más feroz campaña de contrapropaganda para tratar de menguar el respaldo popular de la Revolución Bolivariana.
Se utilizaron todas las técnicas ya conocidas de guerra psicológica –desde las aplicadas por el aparato de inteligencia nazi hasta las de nueva data empleadas en Libia y en las denominadas “primaveras árabes”– para iniciar en Venezuela lo que puede denominarse la “primera guerra de contrainformación masiva en las redes sociales”.
Los estrategas del odio daban por sentado que el comandante Chávez no regresaría en un tiempo prudente para evitar los efectos de ese bombardeo de rumores y mentiras sobre el colectivo. Y, una vez más, fueron derrotados.
Al conocerse del arribo a Caracas del presidente Chávez solo bastaron segundos para que miles de personas se movilizaran a lo largo y ancho del territorio nacional para darle la bienvenida. La guerra psicológica había fracasado.
La presencia del presidente Chávez para continuar con su recuperación en Venezuela llenó de alegría a cientos de millones de mujeres y hombres no solo en nuestra Nación sino en todo el mundo.
Chávez demostró que él y su Gobierno siempre han dicho y dirán la verdad, y ahora su liderazgo goza de mayor credibilidad ante el pueblo venezolano y la comunidad internacional.
Sin embargo, debemos permanecer alertas. Los apátridas van a seguir tratando de desestabilizar. ¡Ahora más que nunca, unidos con Chávez!
Y a usted, Comandante, todo nuestro amoroso acompañamiento en esta batalla por su salud. ¡Viviremos y Venceremos!
T/ Carolus Wimmer