Columna Reporteando|Claro que Maduro no es Chávez (Opinón)

Las críticas al presidente Nicolás Maduro no paran de sonar. Quizás nos acostumbramos al verbo de un gigante como el comandante Hugo Chávez, quien siempre tuvo la respuesta precisa y concreta para cada uno de los escenarios que junto a su pueblo le tocó vivir y enfrentar.

Chávez era único, representaba un pensamiento limpio y directo que golpeaba la conciencia. Una de las cosas que nos mostró siempre –y que además tiene un gran significado o importancia– es que lo más rico que tiene el ser humano es precisamente la diversidad en nuestra especie; y a eso se debe el gran peso y valor que lleva nuestra Revolución Bolivariana: somos una opción de vida que dentro de la inclusión y diferencia ha sabido crear una gran fortaleza.

Maduro por el contrario mantiene su estilo o su manera de hacer política dentro de la humildad que le caracteriza. Se ha convertido en un tipo de predicador o ejemplo de lo que debe ser el modelo socialista que dejó en papel y tinta el comandante Chávez; es decir, es el mismo plan de gobierno, la misma receta socialista, aplicada con el mismo cuidado, pero en manos de otro especialista.

El presidente Nicolás Maduro es para el pueblo sinónimo de igualdad, de lo posible, de que las cosas con esfuerzo y sin ambición llegan en el lugar y el momento indicado, si está en manos del Gran Arquitecto del Universo, claro está.

Muchos tildan a los integrantes del Gobierno de “oportunistas”, de “enchufados” de “paracaidistas”, sin tomar en cuenta que fue precisamente un paracaidista como Hugo Chávez quien le dio un vuelco a la política mundial y le mostró al planeta y a las llamadas potencias que si dentro de las políticas de un Gobierno no se incluye al Poder Popular, entonces éste está destinado a fracasar.

El Poder Popular ha sido la bandera que mantiene firme y en marcha nuestra Revolución. Por eso el presidente Maduro ideó un gobierno de calle, estrategia que permite el acercamiento con lo más legítimo que tiene nuestra Patria: un pueblo que –con defectos, virtudes, necesidades y trabajador– ha sabido convertir el socialismo en un estilo de vida que se replica por todo el continente.

El presidente Maduro suele ser subestimado hasta por su propia gente, cosa que le ha permitido percatarse de quiénes son los caballos del tablero y quiénes son los primeros peones en caer por sus malas jugadas.

El Poder Popular es la imagen viva de un gobierno de calle en permanente ejecución; es la respuesta diaria a los medios privados que siempre buscan lo que el Gobierno deja de hacer, cosa a lo que no le han podido dar cobertura errada.

Maduro no es ni será nunca Chávez. Pero de algo estamos seguro y es que también se está fusionando con el pueblo.

T/ Loel Henríquez
loelito21@gmail.com

asi es maduro es un hombre d pueblo y con un corazon incansable y muy inteligente y el pueblo lo eligio como presidente y asi sera junto a su pueblo siempre