Fedecámaras, de su reciente Convención en Barquisimeto, salió tendiendo la mano a Venezuela, es decir, al Gobierno Nacional. Por su parte, el presidente Nicolás Maduro en varias oportunidades había expresado su deseo de trabajar con todos los sectores sanos productivos del país, mucho antes de esta conclusión fedecamarista. Es decir, se puede admitir que existe consenso nacional, lo cual genera optimismo en la pronta solución de problemas que afectan al usuario, constituyendo cierto malestar y descontento a la sociedad integral, en un país que lo tiene todo, para convertirse en modelo democrático, al trajinado mundial actual, siempre sosteniendo a todo lugar su alcanzada soberanía nacional.
La institución empresarial, debe reconocerse, no es la misma que fue liderizada en años, especialmente en el 2002, cuando llevó a cabo un golpe anticonstitucional contra el presidente Hugo Chavez Frías, con sus excepciones. Entonces ambiciones políticas y privilegios perdidos en 1999 ofreció ese tenebroso ejemplo al mundo, con el apoyo de partidos fracasados, muchos, en sus gobiernos de 40 años y varios países extranjeros. Duró, esa nefasta acción empresarial/politiquera menos de 47 horas en Miraflores.
Entonces, muchos de los que estaban, no son los de hoy; nuevos directivos, tanto nacionales, como regionales que entienden el objetivo principal actual, la disminución y eliminación de la gran diferencia social, aspecto que pareciera solo posible con gobiernos eficientes socialistas democráticos. Esto aun no ha sido entendido por muchos que componen la MUD, pensando que una feroz oposición los llevaría nuevamente al sistema, caducado en diciembre 1998.
En los últimos días ha habido importantes reuniones Gobierno/empresarios sobre variados temas. Enumerarlos tomaría largas líneas. Lo importante es apreciar el comienzo al consenso nacional deseado por la gran mayoría de la sociedad venezolana, con reglas claras para la oportuna producción del empresariado sano, no importe si pequeño/mediano o grande de capital y el sector público de igual forma.
Debe recordarse que la producción privada ha alcanzado en nuestro país hasta un 82% de su demanda, incluyendo sobrantes para la necesaria exportación, hoy reducida a un 3% del PIB.
Este consenso que se conversa no solo beneficia a ambos sectores, también en especial al trabajador, que bien pagado asegura empleo y asistencia social. ¡Dios, bendice nuestra bella Venezuela!