El problema de los capitalistas venezolanos es que no saben vivir en capitalismo. Claro, es un problema para ellos, que no resisten la tentación de matar la gallina de los huevos de oro.
Hay que admitir que, simétricamente, el problema de los asalariados, a quienes nos conviene el socialismo, es que no hemos aprendido a vivir en socialismo.
No podemos ser tan débiles como para refrendar la triste visión del ser humano como homo economicus. La decisión de no comprar algo, ya sea porque no lo necesitamos o porque está groseramente caro, es un asunto de dignidad.
Una peregrina razón para comprar es mantener el patrimonio personal, porque la plata en el banco “se hace agua”. Es indispensable que se garantice la fortaleza del bolívar y por eso he sugerido que se respalde con petróleo, nuestra principal riqueza.
Lo cierto es que no podemos prescindir de la actividad de comprar y debemos tener un protagonismo mayor en la contraofensiva económica. Uno de nuestros principales frentes de operaciones debe ser la internet, aparte de llamar a Indepabis y al 0800-SABOTAJE.
Se puede comenzar con páginas web de denuncias. Debemos exponer a los especuladores. El reto de los diseñadores de esas páginas sería presentar la información de manera orientadora y no como una enorme lista de ilícitos.
Otra acción sería regular la forma en que operan las páginas web de comercio electrónico. Una vez puse en Mercado Libre un comentario en un producto, diciendo que si lo compraba en el exterior y pagaba el envío, salía a una fracción del precio. Eliminaron el comentario por “políticas de publicación”.
Como se deduce, la política de Mercado Libre es alcahuetear a los especuladores. Una buena medida es impedir que eliminen los comentarios que expongan a los especuladores.
Una página como ésta, mantenida por el Ministerio de Comercio, que no cobre y no admita a los especuladores, también sería de mucha ayuda porque comprar usado es otra de las acciones positivas en la guerra económica.
Sin participación activa del pueblo no será fácil que esta ofensiva pase del efectismo inicial.