La fuerza laboral de la Planta Casima de la Siderúrgica del Turbio (Sidetur), estatizada recientemente por el presidente Hugo Chávez, hizo su sueño realidad: reactivar las operaciones y la productividad bajo control obrero.
La procesadora de acero, ubicada en la zona industrial Matanzas de Puerto Ordaz, estuvo ocho meses paralizada debido a las deplorables condiciones de seguridad industrial que presentaba, las cuales atentaban contra la vida de las mujeres y hombres, tal como lo detectó el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Trabajo.
El secretario general del sindicato de Planta Casima, Alejandro Álvarez, explicó que la planta retomó sus actividades con éxito, lo cual es un logro de la clase trabajadora y del Ejecutivo Nacional. “Si la Siderúrgica del Turbio estuviera en manos del patrono capitalista, continuaría parada. Por ello, celebramos con entusiasmo el proceso de reactivación, el cual desarrolló con total normalidad”.
Al encender los hornos de la acería, dijo Álvarez, todos los equipos funcionaron en perfectas condiciones, tal y como ocurrió con la prueba técnica. “Actualmente la planta está agarrando el ritmo de operación, debido a que estuvo muchos meses paralizada, pero esperamos que en los próximos días esté a toda marcha produciendo toneladas de palanquillas para el país”.
Tres cuadrillas desarrollan los trabajos. La idea es poner en funcionamiento la cuarta cuadrilla, a fin de elevar la productividad a 40.000 toneladas de palanquillas mensuales y generar 60 empleos directos. “Esa es la meta que nos hemos planteado y la vamos a lograr de la mano del Gobierno Bolivariano”.
La empresa procesadora de acero, materia prima vital para la elaboración de cabillas y vigas necesarias para la construcción, tiene una capacidad de producción de 450.000 toneladas anuales. Esta meta no se alcanzaba “debido a que la planta, en manos del patrono privado, laboraba en condiciones precarias”.
Álvarez está convencido de que la nacionalización de Sidetur dará paso al florecimiento de Planta Casima y las demás plantas de la siderúrgica a escala nacional. “Con el Gobierno Bolivariano, las toneladas que se produzcan en esta planta irán a las sedes de Sidetur en Antímano (Caracas) y en Guarenas (estado Miranda), para transformarlas en metales”.
ACERO SOCIALISTA
Las 316 trabajadoras y trabajadores directos, junto a las 50 empleadas y empleados indirectos de las contratistas, están dispuestos a asumir su responsabilidad con el pueblo venezolano y la Nación. “Estamos comprometidos con el desarrollo de Venezuela y hemos asumido el reto que se planteó el comandante Chávez de construir miles de viviendas en todo el territorio venezolano. Qué mejor manera de hacerlo que produciendo acero, pero ahora socialista y no mercantilista”, exclamó Álvarez, con gran alegría.
El trabajador Alexander Rodríguez recalcó que con la nacionalización de Sidetur hoy trabajan con un sentido social. “Vamos rumbo a producir, en el primer mes de la reactivación de la planta, unas 30.000 toneladas de acero; después llegaremos a las 40.000”.
UNIDOS
Rodríguez manifestó que las venezolanas y los venezolanos pueden estar seguros de que la masa laboral de Planta Casima garantizará palanquillas para la edificación de casas y otros proyectos de construcción que adelanta la Revolución Bolivariana. “Todas y todos unidos jamás seremos vencidos; esa es la premisa que tenemos en esta planta”, aseveró.
Una comitiva del Ministerio del Poder Popular para las Industrias Básicas y Minería (Mibam) realizó un recorrido el pasado jueves, a fin de inspeccionar las diferentes áreas operativas de la factoría. Los funcionaros manifestaron la disposición del Estado venezolano de robustecer la productividad de la industria.
“La próxima semana se instalará la Comisión de Transición, con el propósito de avanzar en el proceso de estatización de esta compañía que procesa acero para el mercado nacional”, precisó Alejandro Álvarez.
COMPROMISO SOCIAL
“Las trabajadoras y los trabajadores tenemos un compromiso social”, gritó, a viva voz, la fuerza laboral de Planta Caima, cuando el equipo del Correo del Orinoco llegó a la factoría.
Aseguraron que están trabajando mucho más del horario establecido. “No nos importa salir tarde, ya que nos mueve el compromiso con el pueblo de Venezuela. Esta planta es como nuestras vidas; y ahora más, bajo el control obrero y del Estado”, dijeron, tajantemente.