Los conciertos ofrecidos por el Coro del Monasterio Sretensky el pasado 27 y 28 de julio en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño, en Caracas, permitieron, una vez más, estrechar los vínculos culturales entre el pueblo venezolano y la nación rusa.
Así lo afirmó el presidente de la Fundación Compañía Nacional de Música, José Jesús Gómez, quien calificó las presentaciones del coro de voces oscuras, llamado así porque está conformado solo por hombres, como un evento extraordinario, que dejó perplejo a los caraqueños.
Indicó que a diferencia de conciertos anteriores, en esta oportunidad la agrupación musical incorporó piezas de compositores venezolanos, lo que significó un grata sorpresa para todos los espectadores.
“Durante su visita el año pasado le hicimos llegar al coro un lote de partituras de compositores venezolanos que han escrito para ese formato de coro de voces masculinas y nuestra más grata experiencia fue que al llegar a Venezuela interpretaron un repertorio de compositores venezolanos”, detalló.
“Eso es parte del proceso de internacionalización de la música que nosotros nos hemos planteado desde hace mucho tiempo: que las agrupaciones del otro lado del planeta sepan quiénes fueron esos hombres que dejaron un importante legado en la música coral venezolana. Esto nos deja una inmensa satisfacción”, agregó.
Si bien el grupo ruso tenía prevista una sola presentación en el país para el día miércoles 27, debido a la aclamación del publico que no pudo asistir en esta fecha, y que quería ser testigo de la alta calidad vocal de Sretensky, la agrupación decidió ofrecer un segundo concierto el jueves 28.
“Eso es parte de la gratitud que siente el pueblo venezolano por recibir agrupaciones de ese nivel. Son coros que, incluso para los que no están vinculados activamente con la música coral, les permite conocer desde el ámbito muy cercano a la perfección este género musical. No vinieron a hacer un concierto para músicos entendidos sino un concierto para todo público”, manifestó.
Para Gómez las voces rusas mostraron a los espectadores un ejemplo de armonía y unión, válido para ser aplicado por los venezolanos. “Ellos representan masas de seres humanos, quizás con los criterios más antagónicos que puedan tener de la vida, pero que, al momento de subir al escenario, son un solo bloque para representar una sola nación”, explicó.
“Este es el mensaje que uno debería resaltar en este tipo de eventos: cómo todo un país se vuelca a concertar y hacer un trabajo armónico, de alto nivel artístico. Estos conciertos, sin duda, forman parte de esos bálsamos que nosotros como país necesitamos para reencontrarnos con esos espacios de consonancia, de armonía, de concertación”, añadió.
En este sentido, destacó la importancia de crear una conexión bidireccional con este tipo de agrupaciones musicales, que permitan no solo traer el talento extranjero al país, sino llevar a los músicos de nuestra tierra a otras latitudes, para enriquecer su aprendizaje y formación.
“Debemos tener mayor cuota de intérpretes venezolanos en el mundo, porque eso permite la creación de redes de intercambio de música y de experiencia, y es un capítulo a tener en cuenta para que nuestros cantores tengan la posibilidad de interactuar y aprender con otros músicos. Que sea una vinculación en la formación, que va más allá del escenario, más allá del concierto”, añadió.
El Coro del Monasterio Sretensky está integrado por 41 jóvenes, menores de 30 años de edad, todos miembros de la comunidad del monasterio, un hecho que ha influenciado el repertorio y el estilo de sus interpretaciones.
El conjunto tiene una activa agenda de conciertos tanto en Rusia como en el extranjero y se ha presentado en salas de gran prestigio alrededor del mundo, como la Catedral de Nuestra Señora, en París; el Lincoln Center, de Nueva York, y en el auditorio de El Vaticano.