El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, manifestó este miércoles su decepción ante la falta de fecha para la celebración de la próxima conferencia de paz que busca una salida diplomática al conflicto sirio, y que acostumbra a llevarse a cabo en la ciudad suiza de Ginebra.
«Sentí decepción y asombro porque no se fijó una fecha, ya que esperaba que el resultado de la reunión fuese diferente», dijo Al Arabi en una rueda de prensa celebrada en la sede de la organización panárabe en El Cairo (capital de Egipto), tras la reunión el martes del mediador de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Lajdar Brahimi, y representantes de Estados Unidos (EE.UU.) y Rusia.
A pesar de que el mencionado encuentro en Ginebra estaba estipulado para finales de este mes, el enviado especial de la ONU para Siria junto con los «números dos» de las diplomacias de EE.UU y Rusia decidieron el martes que todavía no existen las condiciones para convocar dicha reunión.
No obstante, Al Arabi, que hace unas semanas se apresuró a decir que la conferencia tendría lugar el próximo 23 de noviembre, expresó su deseo de que se anuncie pronto la fecha definitiva para resolver la crisis siria, que estalló en marzo de 2011.
Para el secretario general de la Liga Árabe, uno de los puntos de discrepancias existentes consiste en que el gobierno sirio quiere que se llegue a una solución política en el marco de la Constitución actual y no a través de un traspaso de poder como se había acordado en la ciudad suiza durante la reunión de junio de 2012, en la cual se estipuló la formación de un gobierno de transición integrado por figuras del régimen y de la oposición.
En este contexto, La Coalición Nacional Siria (Cnfros), la principal alianza opositora en ese país, consideró este miércoles a través de un comunicado, que el Gobierno de su país «se contradice» cuando habla de participar en una conferencia de paz y al mismo tiempo niega que vaya a entregar el poder en la transición.
De igual forma los rebeldes acusaron a las autoridades sirias de «no estar preparadas para negociar cualquier tipo de solución política» para el conflicto debido, entre otros motivos, a su «estructura policial, represiva y criminal».
Según la Coalición Nacional Siria, el Gobierno «no puede participar en una conferencia que pretende desmantelarlo y traspasar sus poderes a un Gobierno de transición para que vuelva el poder al pueblo».
No obstante el gobierno sirio se ha mostrado dispuesto a participar en la conferencia sin condiciones previas, mientras que la oposición recela de esa iniciativa hasta tanto no se garantice la salida del presidente sirio, Bashar al Asad; siendo éste el inicio de todo el conflicto armado y financiado por países extranjeros que pretenden derrocar al mandatario sirio.
Pese a los esfuerzos mediadores, la violencia sigue sacudiendo Siria, donde han muerto más de 100 mil personas desde el inicio del conflicto, según la ONU. Está previsto que el enviado especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Liga Árabe (LA) para Siria, Lajdar Brahimi, se reúna con diplomáticos rusos y estadounidenses el próximo 25 de noviembre para seguir buscando una solución pacífica al conflicto que vive la nación árabe.