Reclusos conformaron equipo de baloncesto Tigres del Sur|El deporte y la música han transformado la convivencia en cárcel de Barcelona

Los internos de Puente Ayala han conformado el equipo de baloncesto Tigres del Sur

Violencia, sangre, balaceras y hacinamiento son imágenes que revolotean en la mente cuando se habla de las cárceles; pero de la penitenciaria José Antonio Anzoátegui, ubicada en Barcelona, uno puede llevarse otra impresión.

El baloncesto, la música y la artesanía han sido antídotos del Plan de Humanización emprendido por el Ejecutivo Nacional para conjurar espantos en esta prisión conocida como el “Infierno de Puente Ayala”. Hoy, la cárcel debe iniciar operaciones como un centro penitenciario agroproductivo, transformación asumida por el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia.

Le decimos a la gente que aquí todo ha cambiado”, afirma Greimel Gutiérrez, de 31 años de edad. Es un hombre macizo de baja estatura que funge como piloto de Tigres del Sur, el equipo de baloncesto integrado por reclusos y que ha cosechado múltiples victorias dentro y fuera del penal.

Durante la mañana jugaron, animados, bajo un sol sofocante que les aceleró la sudoración.

Estamos humanizándonos”, responde este interno que viste camisa gris y exhibe un mechón blanco en su cabellera. Todos lo apodan “el causa” por ser el líder de varios reos que no superan los 30 años de edad. “Jugamos porque queremos reinsertarnos a la sociedad en un futuro; el deporte nos humaniza y es uno de los recursos que tenemos para lograr el regreso”, expresa, mientras las miradas de otros reos se posan sobre él.

Gutiérrez se muestra animado cuando recuerda que Tigres del Sur ha vencido en distintos partidos a equipos aguerridos del barrio El Espejo, La Ponderosa, Tronconal III, la Unefa y Pozuelos. “Hemos realizado 32 encuentros en el internado y uno afuera”, añade.

A todos les hemos ganado”, dice, y de inmediato se dibujan sonrisas en los rostros de sus compañeros. Era sólo la continuación del buen ambiente que se vivía esa soleada mañana. Aunque nunca había estado allí, se notaba que ese era un día normal: junto al entrenador, tomaban una vez más el balón para olvidar los días de encierro, los errores del pasado.

Nuestra fortaleza es el entrenamiento fuerte y la disciplina. Jugamos todas las mañanas durante cinco horas en la cancha”, cuenta “el causa”, oriundo de El Tigre. Agradece el apoyo de la Gobernación del estado, al igual que el de instituciones como el Ince, Unefa, la Defensa Pública y la dirección de reclusión por apoyarlos y dotarlos de uniformes.

Aprendizaje

Con 24 años de edad, Jesús Guarayoyo tiene el aspecto de un adolescente delgado y tímido al hablar.

La música es una alternativa para la rehabilitación de la población penitenciaria en Barcelona

Dice que el deporte lo ha alejado de la convivencia hostil, pero no esconde que, por más que la penitenciaría tienda a ser mucho más humana, la tensión a veces es inevitable.

Nos compenetramos como equipo y sabemos cómo juega cada uno”, sostiene, con su mirada distraída, este prospecto de deportista. También forma parte de las filas del equipo de fútbol que se llama Tigres del Sur.

Jugar es una motivación muy grande, nos distraemos, porque estamos claros de algo: pagamos una condena aquí”.

-¿Porqué estás aquí?

-Un delito, un delito…

-¿Cuál en tu caso?

-Me acusan de secuestro

-¿Hace cuánto estás en prisión?

-Voy para dos años

-¿Cómo son los días en esta penitenciaría?

-Es un aprendizaje más de la vida. Es algo que me ha enseñado. Estamos en esta prisión y nos consideran delincuentes. Pienso que, como seres humanos, cometemos errores, y eso lo pagamos con sanción.

-Hablas con mucha fluidez. ¿Estudiaste?

– Llegué hasta quinto año de bachillerato.

– Si te expresas muy bien uno puede pensar que así piensas. Entonces, ¿qué te pasó?

– Todos fallamos. Nadie es perfecto.

-¿Has sentido miedo de estar aquí?

-No. Nunca he sentido miedo. Si hemos cometido faltas, las corregimos. No siento miedo, todos aquí somos amigos.

La verdad es que Guarayoyo no se había fijado mucho en el agite que generaba el entrenamiento de Tigres del Sur. Tampoco Dennis Romero, de 23 años, quien estaba tejiendo pulseras de mostacillas de colores amarillo, verde y rojo, resguardado en la sombra que daba el techado de un espacio adyacente que antes era zona de descanso de jugadores.

¿Qué está tejiendo?”, le pregunté. “Pulseras”, respondió. “Pero él también toca la guitarra y es parte de la estudiantina; además, declama”, revela Silvia Illescas, periodista de la penitenciaria.

Romero contó que aprendió a tejer con un recluso amigo que estuvo en Puente Ayala. Contó, renuente, que cumplía una condena por homicidio.

Aquí tengo tres años y medio. He podido estar bien; las cosas aquí en la cárcel han mejorado internamente”, responde, cortante, este oriundo de Anaco.

Su sentencia es de 18 años, pero espera recibir un beneficio por su buen comportamiento y apoyo familiar. “En cuatro años tengo posibilidades de que revisen mi situación”, asoma. Dice la frase resignado y a sabiendas de que lo único que puede hacer es esperar.

La coordinadora nacional de Derechos Humanos del Sistema Penitenciario, Luz Marina Ureña, explica que, a diferencia de otros tiempos, la población penitenciaria se beneficia de mayor celeridad en el estudio y sentencia de sus casos.

Ureña comenta que “en este penal hemos dispuesto de dos delegados como en los distintos penales del país para que los internos puedan revisar su situación jurídica, cómputo de la pena, antecedentes penales y práctica del examen psicosocial para acceder a un beneficio”.

En el penal de Barcelona las autoridades judiciales han encarado con revisión permanente la acumulación de casos pendientes. Esto ha disuelto las protestas entre una población de 775 procesados y 336 penados.

Estudiantina musical

Al lado de la barbería, el compás de un joropo oriental fluye en las cuerdas de un cuatro. También retumbaba en los muros de la prisión. Antonio Leroy es el instructor musical; ensaya con cinco reos miembros de la estudiantina.

La música les provoca placer; es mayoritariamente aceptada y disfrutada por docente y alumnos. Todos tocan simultáneamente la misma melodía pegajosa y alegre. “Tenemos año y medio con la estudiantina y se han integrado 14 internos. Contamos con pocos instrumentos, pero logramos darle participación a todos los que quieran”, dice Leroy.

Los ejecutantes están unidos por la camaradería. Pareciera que la música les permite correr libres, vivir otros tiempos, estar fuera de aquellos muros. “Todos aprenden a leer música; al menos el cifrado de cuatro lo leen perfecto”, refiere el profesor.

Articulación

En el área de talleres los reclusos van de un lado a otro. La mayoría están sin camisas. Algunos observan con curiosidad. Otros están dedicados a distintos quehaceres: lavan, cuelgan ropas de todos colores en tendederos improvisados, mezclan cemento y arena para hacer bloques de concreto.

El ruido que provoca un esmeril cubre todo el lugar. Un grupo de internos fabrica una puerta de latón. Al frente están los artesanos que acomodan sus piezas acabadas; hay otras en proceso de culminación. Tienen en el piso varios marcos para espejos a los que les falta el esmalte.

El maestro artesano es Kelvis González, un hombre robusto de 33 años, quien lleva tres años en el penal. Explica que aprendió el oficio en la cárcel de La Pica. “Hice unos cursos con el Inces y desde que estoy en esta cárcel sigo haciendo artesanía”, agrega, mientras serrucha una madera.

¿Qué hacemos? Pues, peinadoras, camas, closet, lámparas y muchas más cosas”, refiere este recluso. Agradece el apoyo familiar de los aprendices y artesanos por comprar y vender fuera las piezas realizadas. “Y con ese dinero se compra más material y artículos de uso personal”, destaca.

Lo mismo dice José Antonio Valdivieso, artesano del barro y la arcilla. Sus figuras de animales, floreros y porrones pueden cotizarse entre 80 y 100 bolívares. “Y las que se venden más son los porrones y las figuras de animales; sobre todo salen a la venta durante los días de visita”.

Valdivieso afirma ser cristiano evangélico “en nombre y honra de Dios”. Como él, otros reclusos se convirtieron al cristianismo en prisión. Con cinco años y medio en el internado, sus días transcurren entre el moldeado de formas y la práctica de la fe.

Las paredes internas del galpón que servía de iglesia habían sido demolidas. Alrededor de 20 jóvenes sacaban escombros en carretillas desde el interior del local. La jornada era amenizada por un vallenato estridente.

En Puente Ayala los reclusos conviven en varias zonas: Kosovo alberga a 127 reos; unos 488 están en talleres y 496 en el área administrativa, para un total de 1.111 reclusos.

El director del penal, Ronald Penzo Valero, sostiene que el establecimiento de módulos educativos, culturales, deportivos, formación para el trabajo y reinserción social son algunas actividades que han implementado como parte del tratamiento hacia el privado de libertad.

Aquí los internos han podido contar con el plan de alfabetización. Cursan las misiones Ribas y Robinson”, sostiene. “Han sido precisamente las acciones en pro del deporte, la educación y el trabajo lo que ha logrado reducir la violencia en el penal”.

A la espera

A partir del mes de octubre está prevista la implementación de la Misión Sucre en el centro penitenciario José Antonio Anzoátegui en Barcelona. Así lo informó Julian Ceballos, coordinador de la Unidad Educativa, quien junto a Sony Azuaje, promotor cultural, es responsable de orientar la atención en el área de enseñanza.

Actualmente cuatro reclusos siguen estudios con apoyo de la Universidad Nacional Abierta; 150 en total están matriculados en las misiones Robinson (alfabetización) y Ribas.

La educación es el instrumento más importante de los seres humanos, porque les asegura una mejor oportunidad para la vida”, afirmó Ceballos.

Un requerimiento urgente es la incorporación de personal docente para desarrollar áreas de trabajo andragógico, así como mayor apoyo tecnológico y físico.

T y F/ Alexis Castillo

El deporte es importante pero mas importante es la presencia de Dios , debemos apoyar las Iglesias Cristianas y sus pastores q son la representacion de EL en esos lugares| los pranes deben tomar el ejemplo de nuestro hermano y amigo Conejo aqui en margarita| donde ademas de apoyar a la failia tambien apoya a todo aquel q quiera trabajar y lo mas importante el Respeto a la Iglesia Cristiana| Dios les Bendiga.

  • todos tenemos errores en la vida pero lo sabes correrir.y bueno ese es un aprendisaje q nos da la vida .no todo en la vida es perfecto.dios nos da oportunidades-.pasr seguir adelante seamos lo q seamos.