Will Smith regresa a la pantalla grande con «La verdad oculta», una cinta inmersa en el mundo del deporte profesional, pero que no se va por el camino de los atletas triunfadores, sino por el desmantelar las verdades ocultas del denominado fútbol americano o rugby, donde el negocio multimillonario prevalece sobre la salud de sus atletas
Es una trama se enfoca en Bennet Omalu (Smith), un brillante neuropatólogo forense que descubre la encefalopatía traumática crónica, enfermedad que se manifiesta en atletas de fútbol americano, debido al constante impacto de los jugadores en el campo y que lleva a muchos a la demencia y el suicidio.
Basado en el artículo «Game Brain», escrito por Jeanne Marie Laskas para la revista GQ, la cinta muestra el alto precio pagado por los atletas para cumplir los intereses económicos que alimentan el negocio del deporte profesional, por lo que el descubrimiento cae como una bomba en la NFL, cuyos directivos hacen hasta lo imposible por desacreditarlo.
Acoso que va desde el intento de quitarle la ciudadanía estadounidense, ya que Omalu es africano, hasta ser presionado por el mismísimo FBI, lo que lo obliga a mudarse de Pittsburgh a California para evitar males mayores.
Años después más casos de muertes por esta enfermedad terminan por darle la razón a este médico, por lo que se toman algunas medidas para «proteger» a los atletas. Sin embargo, el tino de esta cinta no es centrarse en lo científico, sino que lo que hacen las grandes corporaciones para no verse afectados en sus millonarios intereses. La actuación de Smith y el resto del elenco es convincente, lo que le da hasta un toque de documental a esta película… Deben verla quienes todavía creen que el deporte siempre es transparente.