Camarada llamarada | Desigualdades (Opinión)

Pareciera una realidad que se repite constantemente, el que una sociedad al desconocer su historia tiende a olvidar los desaciertos y aciertos del pasado, volviendo a vivir determinadas circunstancias, como la de ser nuevamente objeto de sanciones y arremetidas en contra de la cuna de Bolívar, que a su vez es parte de la Patria Grande.

Así se nos intenta implantar un golpe de Estado continuado que nos recuerda al manual de la CIA, desarrollado en la Chile socialista de Salvador Allende en los años 70, y en el 2002, 2003 y 2007, en nuestra Patria/Matria; que deja en evidencia la apetencia imperial de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, por nuestros recursos naturales renovables y por el oro negro que tanto apetece a aquellos y los ayuda a mantener el statu quo con sus respectivos pulpos monopolizadores descritos por Lenin.

Estos, a su vez, acrecientan la brecha entre los ricos que aprovechan la oportunidad para desangrar la Patria/Matria con un modelo rentista petrolero e importador, impuesto desde el Norte; y los pobres que resurgen de la erupción volcánica patriótica, como los describía nuestro comandante eterno Hugo Chávez Frías en su discurso de toma de posesión de la Presidencia de la República en 1999.

Esas desigualdades que originaron la rebelión popular del 27 de febrero de 1989 y la asonada militar del 4 de febrero de 1992, que dio luz a aquel «por ahora» de un gigante que despertó la conciencia de nuestro sitial en la historia, para hacernos «contra-imperio» con muestras de solidaridad, libertad, igualdad, y democracia verdadera, participativa, protagónica; grande por la fuerza indómita de próceres que dejaron su vida en cada lucha emancipadora de nuestra gesta independentista.

Esas desigualdades que nos llevaron a sacar de nuestro país a la DEA que es la mayor mafia narcótica del mundo, y en nombre de la cual un periodista español describe supuestas declaraciones de un escolta venezolano, denunciando un cártel de soles, sin que haya más pruebas que conjeturas, propias de la guerra mediática meticulosamente articulada.

Esas desigualdades que aunque nos empeñemos en olvidar para no aprender del pasado nos hacen evocar a Ezequiel Zamora, José Félix Ribas, Simón Bolívar, Simón Rodríguez, que en su propio materialismo dialéctico e histórico, aún resuenan en nuestras mentes, corazones y conciencias.

T / Carolina Escarrá G.

lE FELICITO CAROLINA Y SU PADRE DEBIO ESTAR ORGULLOSA DE SU HIJA Y DONDE ESTE Y SI EXISTE EL MAS ALLA, ESTARA GOZANDO DE LO QUE LE ENSEÑO NO SE QUEDO EN LO TEORICO Y SINO TAMBIEN EN LO PRACTICO Y LA ENSEÑANZA DE TU PUEBLO, SALUDOS Y SIEMPRE TE LEO EN EL co