El economista Pablo Jiménez considera que la presencia de Venezuela como miembro pleno al Mercado Común del Sur (Mercosur), es una forma activa de romper con el modelo de acumulación de poder y riquezas que sostiene al capitalismo.
Durante una entrevista en el programa Toda Venezuela, transmitido por Venezolana de Televisión, a propósito del ingreso pleno de la nación venezolana al bloque económico que se formalizó este martes, Jiménez manifestó que esta es una nueva forma de integración basada en la complementariedad y con miras al fortalecimiento de Suramérica como potencia. De esta manera, transforma al grupo en la quinta economía del mundo, con una población de 270 millones de habitantes y un producto interno bruto de 3,3 billones de dólares, especificó.
«La ruptura sistémica es lo que está planteado, porque siendo el patio trasero (de Estados Unidos) lo que terminamos es siendo un elemento más en esa relación capitalista de acumulación que ha dejado en América Latina una secuela de pobreza, subdesarollo y exclusión», explicó.
Añadió Jiménez que, si bien el bloque surgió con un espíritu neoliberal en el año 1991, éste ha sufrido transformaciones por los procesos históricos que se viven en la región. Consideró además que el ingreso Venezuela permitirá impulsar y concretar esos cambios estructurales en el esquema.
AFECTADA POR POLÍTICA IMPERIAL DE DOMINACIÓN
Por su parte, el analista internacional Vladimir Adrianza, sostuvo que la integración latinoamericana se vio afectada por la aplicación de una política imperial de dominación, establecida luego de la segunda guerra mundial por Estados Unidos para controlar la economía de su «patio trasero» mediante las transnacionales.
«Es una mentira eso de que nuestro socio natural de negocio es Estados Unidos, porque ahí no tenemos oportunidad alguna más allá de venderle materia prima», expresó y añadió: «La gran trampa era mantener a Venezuela amarrada a una relación de dependencia con el empresariado transnacional».
Consideró que Venezuela aporta al Mercosur el «músculo» del petróleo, pues ningún esquema de integración puede sostenerse sin poderío energético, ya que es la base que garantiza la energía para la industria y el desarrollo.
«El marco energético tenía que ser complementado con la entrada de Venezuela al Mercosur. (Los países miembros) tienen tres de las cuatro centrales hidroeléctricas más grandes del mundo, la reserva de petróleo pesado certificada más grande del mundo y eso es una realidad, en la cual Venezuela impulsa al Mercosur, que con 270 millones de habitantes, independientemente de las asimetrías entre los países que lo componen, es una oportunidad extraordinaria», explicó Adrianza.