Cumaná 500 años: tiempo de balances (y VIII)|Empleo, autopista, servicios y conexión aérea son los principales retos del estado Sucre

Probablemente es poco lo que puede hacer Luis Acuña, gobernador del estado Sucre, por las decenas de personas que todas las mañanas se ponen en cola para sentarse a conversar con él en una esquina de la plaza Bolívar de Cumaná. Pero, como él mismo lo dice, al menos ofrece una escucha paciente, asume el compromiso de llevar esa cartita manoseada a otros niveles de Gobierno, busca el recurso para los pupitres de la escuela, tramita una pensión del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y no deja de sonreír.

El Correo del Orinoco encontró a Acuña en el banquito a las 7:30 am, en pleno acto de oír con infinita paciencia a quienes se arremolinaron cerca de la Gobernación ese lunes 19 de octubre. A su lado, su equipo más cercano y una presencia infaltable: la de Mirian, su esposa y compañera.

Durante su campaña dijo que escucharía directamente al pueblo y lo cumplió, y hoy algo tan extraordinario como la promesa cumplida de un gobernante regional es visto como algo natural e, incluso, folclórico.

Tal parece que no hay nada que saque de su centro al mandatario sucrense, profesor de física en la Universidad de Oriente y carpintero en sus muy escasos tiempos libres. Incluso para las solicitudes que podrían ser más difíciles -como el crédito que pidió un hombre para comprar un carro y trabajar como taxista- Acuña tuvo una respuesta: la esperanza de que, con motivo de los 500 años de la fundación de Cumaná, el Presidente apruebe recursos extraordinarios con los cuales afrontar algunos requerimientos. Y aunque no sean exactamente para un vehículo de taxista, sí serían para adquirir una nevera que permita vender refrescos.

A un joven de camisa de cuadros que demanda trabajo como albañil lo instruye para que le deje la fotocopia de la cédula y así ayudarlo. “¿No me recuerda?”, le inquiere una niña. “Claro que te recuerdo”, replica Acuña. Toma la palabra la mamá, que va también con una muchacha para quien está solicitando una beca. La pequeña le entrega una carpeta en la que se ruega por ayuda para la cocina de la Escuela Bolivariana Corazón de Jesús; concretamente, un congelador.

“¿Puedo abrazarlo?”, interroga una mujer que llega con una solicitud de recursos para una comunidad. “Preparen el proyecto, pónganse de acuerdo y te prometo que en enero consigo los recursos”, se compromete el gobernador, mientras recibe la misiva firmada por Luisa Mariña.

El siguiente “necesito” es por un vehículo. No hay partidas -ni recursos- que permitan una respuesta positiva realizable. Sucre ha sido un estado aquejado por la pobreza, en el que buena parte del peso de la generación de empleo ha recaído sobre los hombros de la gobernación, las alcaldías y las instituciones públicas. Las demandas de ese día orbitaron, en buena medida, en torno a la necesidad de contar con un trabajo, el quince y último. El hombre le sugiere a Acuña que lo ayude con recursos para sembrar, y el gobernador expone que tiene cómo financiar cultivos de ciclo corto, como pimentón.

Inmediatamente se acerca una mujer con el informe médico sobre su mamá, Otilia González, aquejada por diabetes e hipertensión arterial. “Le ruego encarecidamente lo que pueda hacer por ella”, le insiste al mandatario sucrense, quien recibe los papeles y anota el nombre en una lista.

Un señor, con más años a cuestas, se acerca con una súplica: láminas de cinc. Acuña le solicita a Patricia Marín, secretaria privada, que se encargue de buscarlas. Alguien más habla sobre sus angustias: respaldo para su reclasificación como empleada pública, un caso que, seguramente, podía ser resuelto en la instancia correspondiente pero que terminó esa mañana de lunes en la plaza Bolívar por el descuido de alguien en una oficina.

Cartas hechas a mano, cartas a máquina, constancias, papeles van, papeles vienen y Acuña no se impacienta. Ni siquiera se desespera cuando un representante del Consejo Comunal Capiantar Sur pide 64 mesas-sillas para las y los estudiantes de un plantel. El dirigente sucrense está seguro de que, al ser Cumaná el foco de la atención nacional por los 500 años de su fundación, podrá conseguir más recursos con los cuales garantizar que todo lo que le piden pase de las palabras a los hechos.

Cuando la última persona de la fila dio rienda suelta a su planteamiento y se marchó con una respuesta, el gobernador preguntó si había alguien más. Todos habían sido atendidos. Solo entonces se levantó del banquito para conversar con el Correo del Orinoco.

DESTRABAR LA PESCA

Tras escuchar tantas demandas de ayuda es lógico preguntar por los principales problemas de Sucre, como estado que tiene en su territorio a la ciudad primogénita del continente. “Uno de los principales problemas de Sucre”, detalla, es lo complicada que se ha vuelto la pesca.

“Sucre ha sido un estado pesquero desde antes de que aquí llegaran los conquistadores, ya que los indios de este estado conservan pescados desde muchísimos años atrás”, rememora. Con la industrialización “seguimos pescando y conservando, y ese ha sido el asiento principal de la economía de Sucre”.

Cita lo que sucede con el combustible, porque existe el temor en el Estado de que sea usado para el contrabando, y ese temor ha desembocado en que no se toman decisiones y en que sea difícil acceder a lo que necesita. “Hoy tenemos parte de esa flota pesquera paralizada”, subraya.

Pero además el dólar barato “cambió la dinámica económica” y llevó a que empresas instaladas en Sucre hayan optado por dejar de pescar para privilegiar la importación de materia prima (por ejemplo, el atún). Incluso, describe, adaptaron sus líneas de producción a esa nueva realidad, hasta el punto de que algunas funcionan con el esquema de solo 30% para pescado entero y 70% con lomo de atún importado. El mandatario grafica que la flota pesquera de Cumaná, tan importante otrora, perdió fuerza.

Ahora “no hay dólares para importar lomo de atún” debido a la escasez de divisas, lo que ha obligado a replantear el sector. “Se ha venido trabajando, pero todavía no está resuelto en la totalidad”, refiere. En consecuencia, se para el que pesca, se para el que procesa y comienzan los problemas laborales, en una cadena de conflictos.

-¿Eso se ha agudizado este año?

-Yo diría que se ha agudizado porque en la medida en que se restringe más la venida de atún importado, se exige más la pesca de los armadores y se requiere mayor inversión para que los barcos salgan a pescar, porque hay que darle trabajo a la gente y eso aumenta la demanda de más combustible. Yo he conversado el tema con el propio Presidente, el Vicepresidente, el ministro Eulogio del Pino (Petróleo y Minería) y ellos están conscientes de ese tema. De hecho, los armadores plantean que su tema no es el precio del combustible; están en disposición de conversar para que les pongan un precio que no sea el subsidiado que normalmente es el que opera en el país.

-¿En qué punto nos encontramos, al día de hoy, de ese problema que usted pondría como el primero?

-En conversaciones directas entre los armadores y el Gobierno Nacional, en mesas de trabajo que se llevan a cabo.

CONECTADOS Y CON EMPLEO

Para las y los sucrenses es una aspiración “tener mejor conexión con el centro del país”, lo que obliga a contar con una autopista desde Barcelona (capital de Anzoátegui) hasta Güiria, puntualiza Acuña. Sabe que hay dificultades geológicas, ambientales, sociales y financieras: “No es lo mismo hacer una autopista en mitad del llano que hacerla sobre el macizo del Turimiquire”.

Existe “un viejo trazado” de la vía, certifica, y hay varios tramos ya completados. “Hay quien piensa que debe hacerse un trazo nuevo” y eso “está en estudio”, pero de cualquier manera “es una autopista costosa”. Piensa que la forma de abordarla con el menor daño posible a la hermosa naturaleza de Sucre sería con obras de ingeniería que tienen un costo mayor.

“Nosotros hemos planteado la posibilidad de que, dentro de los convenios internacionales con los grandes países que pueden invertir en Venezuela, se pueda asumir el endeudamiento”, adelanta.

El empleo, admite, “es un problema serio en el estado”. Detalla que en Sucre hay una población rural elevada, por lo que la pregunta es cómo y dónde financiar para que efectivamente produzca. Cacao como el de Sucre pocos hay, dictaminan los expertos. “Nosotros somos el primer productor de cacao del país, y si nosotros pudiéramos ponerle valor agregado al cacao sería fabuloso, porque casi todo el cacao se nos va en materia prima”, confirma.

Sucre es, añade, “el primer productor de coco del país”, que es un recurso muy buscado y utilizado para cosméticos, alimentos y otros. Igualmente “nosotros somos el primer productor de raíces y tubérculos, y el tema de la intermediación nos agobia, al igual que sucede con la pesca”.

Le suma, por otra parte, la pesca artesanal, porque “en toda la costa se pesca y casi todo ese pescado no tiene centros de acopio”, por lo que los pescadores deben caer en brazos de los intermediarios. “Para poder romper esa intermediación en pesca y agricultura debes establecer sistemas de transportes propios del estado o propios de los propios productores”, calcula.

Es Sucre el primer productor de sal del país, pero pese a ello “no hemos logrado que la industria tenga un desarrollo más allá de lo que hasta este momento es”, diagnostica. Acuña piensa que Sucre podría satisfacer la demanda de sal del sector agropecuario, de la industria petrolera, de la industria de medicamentos. El carbonato de sodio “se produce con sal y calizas, y Sucre tiene de las calizas de mejor calidad en toda Venezuela”, ejemplifica.

-¿Es un área que se podría fortalecer?

-Sí, como no, y la idea sería -que es el planteamiento que siempre hemos formulado- que, teniendo la materia prima que producimos, le pongamos valor agregado a esa materia prima. A esa caliza que está allí, que no cuesta nada extraerla porque la tenemos allí en el subsuelo, le podemos poner valor agregado. Hemos estado pugnando porque se establezcan industrias que resuelvan el problema del trabajo, pero que también permitan darle mucho valor, mucho más valor al Producto Interno Bruto.

OTRAS OPCIONES PARA CRECER

El gobernador proyecta que Sucre puede ser la fuente de la caliza que precisará la Faja Petrolífera del Orinoco. “Y tiene la autopista de agua que se requiere para sacarla de aquí” y llevarla a Guayana: el río Orinoco. El estado “tiene cuatro puertos importantes y tres aeropuertos”, señala, por lo que cuenta con una infraestructura “como para poder abordar que empresas vengan y puedan tener la movilidad”.

Acuña espera que este pueda ser “uno de los acuerdos de la Cumaná 500 años”, a fin de legarles a las próximas generaciones y -en un plazo más corto- a quienes se encarguen de gerenciar el estado “la posibilidad de tener una fuente importante de sostén”.

Basta ver el mar, la naturaleza, los ríos de Sucre para comprender por qué es uno de los grandes destinos turísticos venezolanos. La visión de Acuña es que en Sucre, “si alguien decidiera invertir en turismo, lo encuentra todo por hacer, y efectivamente tenemos que trabajar mejor”.

El mandatario expresa que, aun cuando existen tres aeropuertos -en Cumaná, en Carúpano y en Guiria- “lo que nos falta es la conexión aérea, que se ha ido perdiendo porque las aerolíneas actualmente están en la misma situación que está todo el sistema nacional”.

Con el comandante Hugo Chávez, refresca, el proyecto que en los años 90 se llamaba Cristóbal Colón “y que fue pensado para extraer el gas y llevárselo de aquí” fue rebautizado como Gran Mariscal de Ayacucho y “es para el consumo interno, y allí en ese proyecto se ha venido haciendo una gran inversión”.

Lo que espera Sucre, de acuerdo con su gobernador, es que no solo “pase un tubo por aquí”, sino “ponerle valor agregado” en la entidad con industria petroquímica y otras.

“Yo creo que a futuro, a quien a futuro le corresponda ser gobernador de este estado, se le ha ido construyendo una plataforma con la que pudiera darle respuesta a la tremenda deuda social que este estado tiene”, opina.

SERVICIOS Y PROBLEMAS DIVERSOS

Acuña hace alusión a las dificultades con el servicio de agua y pone en palabras un malestar que se percibe. “Nosotros tenemos serios problemas de agua, que no es que no haya agua”, precisa.

“La diferencia entre Sucre y otros estados no es que no haya agua, sino que los sistemas de distribución son inexistentes”, analiza. “El agua potable debería llegarle a la gente por tuberías y no por cisternas, pero es parte de una deuda social” que se puede atender con la generación de riquezas.

Su gran horizonte es contar con industrias que le permitan al estado disponer de recursos para redistribuirlos y convertirlos en mejores condiciones de vida.

“Nosotros pudiéramos generar riquezas como para atender todos esos otros problemas que tiene el estado”, plantea el gobernador; incluso, puede ser una zona de exportación. “Si Sucre puede aportar divisas de otra fuente no petrolera, para que podamos seguir avanzando en el campo social, pues Sucre está a la orden”, sentencia.

-¿Qué hacer con los apagones?

-En el tema de los apagones Sucre ha venido apoyándose en su propia generación. Hoy nosotros tenemos una termoeléctrica que casi surte la totalidad de lo que consume Sucre. Ojo, no es que estamos independizados. No, porque todo lo que ahí se produce se va al Sistema Eléctrico Nacional, pero casi que con lo que se produce allí pudiera resolverse Sucre y dentro de un año debería estar lista una planta idéntica, que se está construyendo hoy en Güiria, lo cual significa que nosotros vamos a aportar al Sistema Eléctrico Nacional para ir reduciendo los apagones no solamente de Sucre sino de otros estados. Y mientras tanto seguimos trabajando.

El docente sostiene que los obstáculos en Venezuela no son la producción de electricidad, sino el consumo elevado de ella: “Todo el mundo tiene un aire acondicionado, todo el mundo tiene todos los equipamientos del hogar que requiere porque así nos lo permitió el dólar barato que alguna vez tuvimos; las demandas eléctricas sobrepasan la capacidad que tiene el Estado”. Por ello, su gran llamado es al uso racional.

T/ Vanessa Davies
F/ Zailé Palacios

Así se hace Gobernador, y; plantearnos y replantearnos las medidas necesarias para el fortalecimiento y desarrollo del estado Sucre y por ende del país. Yo particularmente, estoy organizando un proyecto de industrialización del Bambú, con miras a ayudar al estado y a las comunidades, aplicando el punto y circulo, desarrollando aguas arriba el proyecto y resolviendo el problema de utilización de maderables en el país y a la vez protegiendo y generando acuiferos, que es una de las cosas por las cuales está recomendado el Bambú.