Con la producción del documental sobre la rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1992 se pretende penetrar en la imaginación del colectivo y crear una conciencia sobre el cine nacional y sobre la realidad venezolana, señaló el director de la producción, Carlos Azpúrua.
Entrevistado en el programa Contragolpe, que transmite Venezolana de Televisión, el cinematográfico señaló que en este documental, referente a la rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1992, tiene trabajando dos años.
La Villa del Cine está prestando todo el apoyo para la elaboración de este documental, que además mostrará la continuidad histórica de las luchas en el país, agregó Azpúrua.
Es indudable el apoyo que le ha dado la Revolución Bolivariana a los jóvenes realizadores de producciones cinematográficas en el país, sostuvo el cineasta venezolano.
Sin embargo, Azpúrua expresó que todavía hay una influencia muy fuerte del cine norteamericano comercial (95%).
La rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, liderada por el mandatario nacional, era un hecho «necesario e inevitable» que frenó las intenciones de la extrema derecha venezolana de socavar la paz, expresó en agosto de 2011 el presidente de la República, Hugo Chávez, principal protagonista de este hecho histórico.
En esa oportunidad precisó que la historia venezolana ha confirmado a lo largo de los años la importancia de esa rebelión cívico-militar, un evento que calificó como “una quijotada” en el que se presentaron dudas individuales y colectivas.