Durante meses altos funcionarios israelíes han dicho que la «ventana de la oportunidad» para atacar las instalaciones nucleares de Irán está «antes de la elección presidencial de noviembre» debido a que las instalaciones nucleares iraníes pronto estarán en búnkeres subterráneos fortificados fuera del alcance de las bombas israelíes.
Pero el ex-analista de la CIA, Ray McGovern, cree que el retraso de las capacidades nucleares de Irán no es la principal preocupación de un ataque militar, sino simplemente el pretexto.
«Los israelíes quieren aparentar que los iraníes están construyendo sus capacidades nucleares, quieren eliminarlas entre ahora y el 6 de noviembre, y las posibilidades son incluso que van a tratar de hacerlo pensando que EE.UU. entrará con los dos pies», expresó McGovern.
El ex-analista de la CIA piensa que «Israel no teme un arma nuclear en las manos de Irán» debido a que Israel ya posee un arsenal nuclear y la amenaza de que Irán tenga un par de armas nucleares «no sería tan creíble excepto en una forma disuasoria y limitada».
Ese elemento de disuasión sería importante, sin embargo, debido a que «desde 1967 los israelíes han sido capaces de hacer casi lo que quieren en esa área» y que una Irán nuclear traería una «situación estratégica diferente debido a que, por primera vez, Israel tendría que mirar por encima de sus hombros».
Así que, aunque los líderes de Israel en realidad no temen una aniquilación nuclear inminente, McGovern afirma que a ellos «les gustaría poner fin a cualquier posibilidad, sin embargo remota, que en el corto plazo Irán podría tener ese tipo de capacidad de disuasión mínima».
McGovern cree que el objetivo principal de Israel es «ensangrentar a Irán de la misma manera que lo hicimos en Irak», de manera que Irán ya no sería capaz de apoyar a Hamás y Hezbolá en Gaza, Líbano y en otros lugares».
Y la razón de que el 6 de noviembre es una fecha importante, escribió McGovern en un artículo reciente, es que un segundo mandato de Obama se sentiría mucho más libre de no comprometer a las fuerzas estadounidenses al lado de Israel» y «podría utilizar la ventaja de EE.UU. para forzar concesiones israelíes en asuntos espinosos relacionados con Palestina».
Hay serias dudas de que Israel pueda manejar una guerra a toda regla contra Irán, y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha admitido que él preferiría que EE. UU. y su superior capacidad de fuego dirija cualquier ataque.
Una pérdida potencial de influencia después del 6 de noviembre explicaría el actual ritmo del tambor de guerra que está tocando Netanyahu y el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak.