Un compartir recreativo, refrigerio, conversatorios e intercambio de experiencias mediante distintas dinámicas protagonizaron familias sustitutas con sus pequeños en un encuentro que realizó el Consejo Municipal de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes del municipio Libertador, este jueves, en las instalaciones del Instituto Nacional para la Capacitación y Recreación de los Trabajadores (Incret), en El Paraíso.
Ana Malaver, presidenta del Consejo Municipal de Derechos, señaló que con este encuentro celebran que el programa Familia Sustituta ya tenga 42 niños, niñas y adolescentes colocados en grupos familiares, «lo que les brinda a ellos la posibilidad de tener un hogar y no ser institucionalizados».
Este programa se inició en abril de 2010, a fin de garantizarle temporalmente una familia a niños, niñas o adolescentes privados de su grupo familiar de origen, «ya sea por carecer de padres o porque estos se encuentran afectados en la titularidad de la patria potestad o en el ejercicio de la responsabilidad de crianza», como lo explica la Ley Orgánica de Protección del Niño y Adolescente (Lopna).
Malaver recalcó que no se trata de una adopción. No obstante, de acuerdo con la ley, si en dos años no se puede vincular al niño con su familia de origen, la familia sustituta sería la primera candidata para optar a una adopción.
Señaló que esto implican un proceso de evaluación para quienes aspiran a ser familias sustitutas y una vez que tienen al niño o adolescente en su abrigo se les hace seguimiento y se les brinda asesoría en cuanto a la convivencia familiar en todos sus ámbitos.
«Buscamos familias que tengan capacidad de dar amor, personas estables psicológica y emocionalmente», manifestó.
Sobre los Bancos de familia indicó que actualmente reposan 95 expedientes de aspirantes, de los cuales 42 ya tienen colocación y el resto está en evaluación y adelantó que están haciendo un trabajo mancomunado con el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idena) para crear un banco de familia nacional, «estamos priorizando niños que se encuentran en entidades de atención, con edades de 9 o 10 años».
En su condición de psicólogo y terapista familiar apoyó la actividad Fernando Pérez, quien recalcó: «Ciertamente para ocuparse de un niño que no es tu hijo de sangre hay que tener una disposición a amar, lo cual es condición fundamental para dar cobijo».