Por Ennio Di Marcantonio|Farándula ¿con F de fascismo? (Opinión)

Hemos dicho que la TV debe trascender la antigua farándula, deformación comercial del periodismo de arte y espectáculos, para desarrollar un periodismo cultural (cultura, todo lo que hace la mujer y el hombre, incluso más allá de las artes).

Un actor y animador venezolano, Anthony Texeira (Televen) manifestó su opinión política (legítima, como la de cualquiera) en Sábado en la noche (Globovision): “Viví en un pueblito llamado Paracotos, donde la educación no existía. Yo pude estudiar en una escuela básica gracias a lo que ha hecho la Revolución por la educación”.

Las conductoras del programa cruzaron un umbral nada recomendable: el principio de “unanimidad” de Goebbels (según los resultados del 6-D, el chavismo supera las 7.700.000 personas, entre votantes, y abstencionistas que no votaron por la oposición) ¿Por qué hacer ver al entrevistado como un extraño, porque «todavía apoya al chavismo”, más aún si existen dos interpretaciones de la crisis que vive el país?

El arte es libertad, y la farándula dictadura: ¿Por qué cada vez que una figura reconoce algo del chavismo (nota irrelevante, si la persona no trabaja en la política), preguntan “¿por qué tardaste tanto en decir tu posición?”

¿Para qué se le vincula a ejecutivos de la TV pública (Esteban Trapiello, Winston Vallenilla, etc), para “explicar su posición?” ¿Qué “presiones” podría tener alguien que trabaja en la misma TV privada que ellos? ¿Por qué si la oposición vestida de “entretenimiento” recita en la Asamblea Nacional (AN) un guión de chismes antichavistas (no entendimos el silencio en cuanto a nombres de funcionarios corruptos en Estados Unidos) lo hace “gratis, por amor al país”?

Finalmente ¿Todavía habrá quién le crea al actor antichavista Héctor Manrique (cuyo papel en Boves le quedó como anillo al dedo) hablando en ese mismo programa de “presiones” que él ve, solo porque Globovisión ahora ejerce oposición pero sin violar la Constitución?

enniodimarcantonio@gmail.com

Pedir que los «periodistas o comunicadores» que laboran en medios privados, llamese Televen, Venevisiòn o Globovisiòn, por sòlo mencionar los màs emblemàticos,sean objetivos y respetuosos con la forma de pensar de los demàs es como llover sobre mojado, sobre todo si èstos son chavistas o solo muestran simpatìas por las polìticas que los gobiernos chavistas han implementado. Las universidades que los forman o deforman, creo que es el tèrmino màs adecuado, estàn en manos de facistas y ningùn facista es culto; al contrario destacan por su gran ignorancia, racismo e intolerancia. Solo basta ver quiènes o còmo son los «anclas o moderadores»; generalmente chicas y chicos que sòlo tienen apariencia, pero que si se les hiciera una evaluaciòn de cultura general saldrian reprobados. Claro que siempre hay excepciones, pero son pocas. La universidad no està formando a los comunicadores «cultos» que reclamamos.