La guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sostuvo que el cese el fuego unilateral que mantiene desde julio peligra por una escalada de la ofensiva militar contra sus unidades en tregua, una advertencia que el Gobierno respondió expresando que la suspensión de hostilidades debe incluir a la población civil.
Las FARC declararon desde el 20 de julio un cese al fuego unilateral y posteriormente el Gobierno suspendió los bombardeos contra campamentos rebeldes en selvas y montañas, gestos que han contribuido a reducir la intensidad del conflicto y a avanzar en la negociación que mantienen en Cuba.
Pero el grupo rebelde denunció que operativos militares -como el que se realizó la semana pasada en una zona selvática del departamento del Caquetá, en el que murieron cuatro guerrilleros y dos más fueron capturados- «amenazan con hacer insostenible el cese al fuego unilateral decretado por las FARC».
El ministro de Defensa Luis Carlos Villegas dijo que el cese de actividades no ha incluido a la población civil, que seguiría siendo víctima de extorsiones.
«Las FARC han cumplido de una manera aceptable el cese al fuego, pero no han cumplido con el cese de hostilidades contra la población civil porque siguen extorsionando, siguen en actividades de minería criminal, siguen sembrando minas antipersona», aseguró Villegas.
En las negociaciones, el Gobierno y las FARC han logrado acuerdos sobre el acceso a la tierra a campesinos pobres, la lucha contra el narcotráfico, el desminado, la transformación de la guerrilla en un partido político, justicia y la búsqueda de miles de desaparecidos.