Las pensiones contributivas se financian con las cotizaciones de las trabajadoras y los trabajadores, el aporte patronal y la cuota del Estado para los gastos de funcionamiento administrativo.
En Venezuela no se aplica esa norma desde hace más de dos décadas.
Desde la quiebra del Fondo de Pensiones del Seguro Social, el Fideicomiso con préstamos internacionales, en el periodo de gobierno de Rafael Caldera, hasta el presente financiado con el excedente del ingreso petrolero.
Según la prensa especializada las pensiones se financian con deuda interna, en este año 32% del endeudamiento se destinó al pago de éstas, por un monto de Bs. 41.264 millones (El Mundo, Economía y Negocios. 25/11/2013).
En una alocución el presidente Hugo Chávez dijo que era necesario crear el Fondo de Pensiones de la Seguridad Social.
Ese es el planteamiento correcto, si deseamos que los 2.500 mil pensionados y pensionadas continúen cobrando durante muchos años.
El ingreso por cotizaciones del IVSS no cubre el monto de lo que dispone el Banco de Desarrollo para el pago mensual.
En realidad no sabemos si se cumple la norma legal que prohíbe la utilización de esos fondos para fines distintos, la cual se redactó para impedir la vieja y reiterada costumbre de los “préstamos” del Fondo de Pensiones al Fondo de Salud, indemnizaciones diarias o el Seguro de Paro Forzoso.
En todo caso, se justifica el aporte fiscal para cubrir el déficit y soportar el pago de las pensiones no contributivas, generadas por la Gran Misión Amor Mayor Venezuela.
El tema tiene que ser discutido por los expertos, de tal forma que se presenten propuestas para la discusión en la Asamblea Nacional del proyecto de Ley de Pensiones y otras asignaciones económicas.