El 18 de noviembre de 2004 fue asesinado en el sector Los Chaguaramos, en Caracas, el fiscal del Ministerio Público Danilo Anderson, quien se encontraba a cargo de la investigación a 400 personas que firmaron el decreto de Pedro Carmona Estanga en abril de 2002, a través del que los golpistas instauraron una dictadura que masacró al pueblo y derogó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los poderes públicos durante 48 horas.
Mientras salía de clases de postgrado conduciendo su auto, estalló un dispositivo C4 que estaba colocado debajo de su asiento, presuntamente activado vía teléfono celular. La fuerte explosión hizo que muriera inmediatamente.
Dentro de su participación en la Revolución Bolivariana, liderada por Hugo Chávez, Anderson se destacó como un comprometido hombre de las leyes, y también era conocido como el fiscal del pueblo.
Estuvo presente, a pesar de todos los riesgos que implicaba, en el restablecimiento de la señal del canal estatal Venezolana de Televisión, el 13 de abril de 2002, luego de que los golpistas sacaron del aire la señal, mientras en los canales privados sólo pasaban películas y caricaturas.
Además de estar encargado de las investigaciones a los 400 implicados en los sucesos del golpe de Estado de abril de 2002, Anderson también seguía casos del sabotaje petrolero de 2002 a 2003, por lo que pesaba sobre sus hombros una gran responsabilidad.
El 24 de noviembre de 2004 fueron capturados los ciudadanos Otoniel Guevara y Rolando Guevara, por su presunta participación en el asesinato de Danilo Anderson.
En un acto conmemorativo celebrado el 18 de noviembre de 2010, la hermana de Anderson, Lourdes, dijo: «A Danilo Anderson lo mandó a matar la derecha venezolana, la misma que planificó el golpe de Estado y el sabotaje petrolero en 2002, que causaron daños irreparables a la nación; además, ellos han planificado los asesinatos de dirigentes campesinos y no vamos a pretender que el caso de Danilo quede impune».