Adelgazar, adelgazar, adelgazar. Pareciera que los temas de conversación se hubieran agotado de repente y que la gente solo supiera hablar de cómo hacer para finalmente alcanzar “el peso ideal”. El número de la balanza se ha convertido casi en una obsesión. Nos hemos terminado por convencer que lo importante es bajar de peso –no importa a qué precio. Es hora de reordenar nuestras prioridades, valorar nuestra salud y conocer las formas más riesgosas de adelgazar.
Grapado de estómago
Esta es una operación que se realiza en el estómago, a fin de reducir la cantidad de comida que este órgano puede procesar. Es una estrategia muy drástica para limitar la ingesta de comida y suele desembocar en infecciones estomacales muy severas.
Liposucción
Muy pocas personas saben qué supone realizarse una liposucción. Esta cirugía conlleva la realización de diversas incisiones, por las que se introduce un tubo que es utilizado para destruir y succionar tejido adiposo. Este procedimiento significa una gran pérdida de fluidos y la aparición de numerosos moretones. Se trata de una estrategia muy invasiva.
Pastillas para adelgazar
Cada vez hay una mayor variedad de pastillas para adelgazar en el mercado. Sin embargo, solo unas pocas son efectivas y seguras. De hecho, la amplia mayoría están constituidas por una mezcla de hierbas y estimulantes que solo te generarán adicción, hipertensión, palpitaciones y enfermedades pulmonares. Así que, antes de llevarte cualquier cosa a tu boca, consulta a tu médico.
Laxantes
Este método supone ingerir laxantes con regularidad para expulsar los alimentos ingeridos e impedir que estos sean correctamente absorbidos. Pero, esta estrategia no solo tiene una efectividad nula en la pérdida de peso, sino que deriva en una deshidratación aguda, diarrea, náuseas e, incluso, la muerte.
Morirse de hambre
Por alguna extraña razón, esta es una de las estrategias más utilizadas para adelgazar –aunque solo sea efectiva para destruir la salud. Desemboca en mal humor, dolores de cabeza, mareos, náuseas y daños en órganos internos.
Por tanto, si deseas bajar unos kilitos, no sucumbas a ninguna de estas alternativas. Elige un desafío mayor: cambia tus hábitos. Haz que las frutas, las verduras, las carnes magras y los granos enteros sean los pilares de tu dieta y complementa esta decisión con la actividad física que más te agrade. No te arrepentirás.