El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió este sábado en la Casa Blanca con líderes demócratas y republicanos del Congreso para insistir en la búsqueda de un plan para incrementar el techo de la deuda del país el próximo 2 de agosto. El encuentro, que duró 50 minutos, culminó sin que se consiguieran avances.
La información la dio a conocer un funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo el anonimato.
El mandatario, junto al vicepresidente Joe Biden; el presidente republicano de la Cámara de Representantes John Boehner; el líder demócrata del Senado, Harry Reid; la demócrata Nancy Pelosi, y el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, se despidieron al final de la mañana, sin hacer ningún tipo de declaraciones.
Obama convocó la reunión de emergencia para hallar una solución a la crisis de la deuda, a sólo 10 días de la fecha límite para que el país ingrese en una cesación de pagos. Mientras que los republicanos, que son la mayoría en el Congreso, piden que se equilibre el presupuesto con un plan de recortes del gasto público, Obama insiste en un aumento de impuestos a los ricos.
Por su parte, el líder republicano John Boehner culpó a Obama por el fracaso de las negociaciones, pues explicó que su salida de la mesa de diálogo se debió a que el presidente había «cambiado el listón de los objetivos» al pedir que de la negociación saliera una subida de impuestos.
Boehner rechazó un «pacto extraordinariamente justo» que hubiera incluido recortes por 650 mil millones de dólares, consideró Obama.
A pesar del desacuerdo, el presidente insistió en mostrarse optimista con la posibilidad de pactar una subida del límite de endeudamiento de 14,3 billones de dólares antes del próximo 2 de agosto EE.UU., día en que Washington entraría en suspensión de pagos.
El plan para elevar el techo de la deuda pública busca evitar caer en moratoria de las obligaciones financieras, pero la iniciativa ha sido criticada debido a que se ha pedido financiamiento para las guerras que mantiene Estados Unidos en el Medio Oriente.
La deuda total de Estados Unidos supera los 14,3 billones de dólares. La cifra incluye todas las obligaciones financieras del país, excepto las deudas de las instituciones públicas entre sí. Se prevé que en 2012 el débito será mayor que el valor global de la producción norteamericana.