Por Werther Sandoval|Fuga de talentos no, ¡robo! (Opinión)

El empleo de la categoría “fuga de talentos” para conceptualizar la caza de profesionales por parte de los gobiernos corporativos de los países denominados a sí mismos “desarrollados”, puede hallar un cómodo sustento ético en el pensamiento liberal, pero también un serio descalabro moral cuando se revela la pobreza gestada por esa falsa postura individual de irse de un país por motivaciones apoyadas en las clásicas argucias de inseguridad y falta de oportunidades.

Un reportaje de la BBC recoge un informe divulgado por el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), en el que se afirma que América Latina es la región que ha experimentado el mayor incremento en el número de personas calificadas que emigraron al mundo desarrollado en los últimos años.

De allí que el término justo para denominar las cuantiosas corrientes de profesionales hacia los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es “robo de cerebros”. Y para muestra, los nativos de esta parte del mundo representan el 19% del total de los recursos humanos calificados en la OCDE, de acuerdo al reporte del SELA.

“Entre 1990 y 2007 la cifra de quienes abandonaron suelo latinoamericano con su título universitario bajo el brazo para instalarse en alguno de los países de la OCDE creció un 155%”, destaca SELA.

Para mayores detalles, el Informe sobre el Comercio Mundial 2013 de la Organización Mundial del Comercio concluye que en la región de América del Sur y Centroamérica, la tasa de emigración de trabajadores altamente cualificados varía entre el 18% en América del Sur, el 27% en Centroamérica y el 65% en el Caribe, lo cual indica que a mayor aproximación geográfica a Estados Unidos más emigración.

En esta subregión, los países con tasas más altas de emigración cualificada son Jamaica y Haití, con tasas del 85% y del 83%, respectivamente.

El informe también revela que en el año 2000 emigraron de América del Sur y Centroamérica fue de 2.735.000 de emigrantes altamente cualificados, 7.500 médicos, ingenieros, informáticos, por día, en tanto que en 1990 el número fue 1.559.000, ambas cifras escandalosas a pesar de que la tasa que mide la proporción de emigrantes con un nivel de instrucción elevado, respecto del total de emigrantes y nativos de la región con un nivel elevado, se mantuvo en el orden de 10%.

“La migración selectiva va a vaciar a países de origen de un factor indispensable para su desarrollo, quitándole el personal altamente calificado”, denunció Ulises Fernández, subdirector de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

“Los estímulos a la migración de personal altamente capacitado y talento de los países en desarrollo se convierten en verdaderos robos de cerebros”, añadió.

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Entonces también se puede hablar de «abandono» de talentos. Por ejemplo en Venezuela un profesor universitario con Doctorado gana unos Bs 15 mil que en terminos de SICAD II son 300$. Pero todo lo que consume está en dolar a 100.
De manera que un profesional que pasó 20 años de la vida estudiando le tienen que dedicar toda la mañana en una cola de PDVAL o pasar una semana buscando un repuesto para el carro.
Eso como se llama: abandono del talento.