La plaza de Toros vibró el sábado y el domingo al ritmo metalero del Gillmanfest Mérida 2013, que rindió tributo al comandante Hugo Chávez al conmemorarse dos meses de la desaparición física del líder de la Revolución Bolivariana.
El cantante Paul Gillman, organizador de la actividad, dijo que por vez primera en el estado andino se armaba una tarima amplia para el rock, con entrada libre”. Recordó que el 4 de abril le rindieron tributo al Comandante y este fin de semana las baterías, guitarras eléctricas y voces estridentes se alzaron otra vez en su honor.
Este festival, auspiciado por la Gobernación de Mérida, se realizó en el contexto de la conmemoración del bicentenario de la Campaña Admirable, ya que el próximo 23 de mayo se cumplirán 200 años del paso de Simón Bolívar por los Andes para instaurar la Segunda República. “Se hablará del gran día de la Independencia, es un momento histórico”, dijo.
Gillman aclaró que de ganar la derecha en el país le estarían dando “una gran puñalada a este festival”, porque “cualquier concierto de rock lo eliminarían de la faz de la tierra”. Y para muestra un botón: los estragos de la recluta durante la Cuarta República, que “era lo más salvaje” y estigmatizado. Llamó a las roqueras y a los roqueros a que “terminen de abrir los ojos”.
E cantante dijo que en las 19 presentaciones de este festival realizados en el país, no ha habido ni un herido leve, por lo que se garantizó la seguridad, “los mismos metaleros hemos dado el ejemplo. Es más peligroso un templete de vallenato y reaggeton”, señaló.
En esta oportunidad Annihilator fue la banda internacional invitada, en la cual toca Alberto, un caraqueño que suma 15 años viviendo en Canadá: “Estoy contento y emocionado por regresar a mi país, por tocar en mi país”, dijo en sus breves palabras.
BANDAS PARTICIPANTES
Además de Gillman, se invitó a la agrupación Back Sabbath, con un tributo oficial al grupo inglés Black Sabbath. Uno de sus integrantes, T-Bone Ferry, dijo que se dedican a emular y tributar la banda británica tocando sus canciones, “no solo es música, es historia, desde 1970 es un grupo que ha conservado su estilo”, señaló.
Gillman aclaró que a veces lo critican, porque presenta una banda tributo. «Es imposible traer por un día a Black Sabbath por un millón de dólares. En el Gillmanfest hemos hecho la ilusión de ver a un Dios salve a reina, que creías que estabas viendo a Freddie Mercury; de hecho, cuando se hacen grandes reuniones de fanáticos ingleses de Queen llaman a Dios salve a la reina, porque no hay nadie que traiga el espíritu de Mercury como ese grupo”.
Dijo que la agrupación Back Sabbath se toma en serio el papel de cantar la música de Black Sabbath, ya que “difícilmente podemos ver en vivo esta agrupación, ¿por qué no mantenemos el espíritu Black Sabbath para siempre escuchando esta agrupación?”, se preguntó. Back Sabbath presento el mejor repertorio del grupo inglés desde 1970 hasta 1975, “los cincos mejores discos de la historia de esta agrupación”, refirió Gillman.
Pese a la lluvia, en la plaza de Toros se lograron reunir la noche del sábado a unos 10 mil amantes del rock para escuchar el grupo Maquina y los andinos de Guerra Santa y Masiva Energy. También sonaron las bandas invitadas Subconsciente? Venezuela Death Metal y Lanthanum, mientras que también se presentaron los ganadores del Pre-Gillmanfest: Soberbia, Orion y la agrupación andina Ánimas Negras.
Daviana Muñoz, directora del Instituto de la Juventud de Mérida, celebró este evento y dijo que el Ejecutivo regional ahora es abierto a los procesos, la opinión y la crítica.