“Hubo un momento, con el gobierno de (Bill) Clinton, que desclasificaron 24 mil documentos de la CIA, del Departamento de Estado (de Estados Unidos) y de otros organismos donde quedaba evidente la complicidad de Estados Unidos con el golpe contra Salvador Allende”.
Así lo expresó el director del diario Últimas Noticias, el comunicador social Eleazar Díaz Rangel, durante una entrevista exclusiva con el Correo del Orinoco.
A las 11:00 am el reconocido periodista y docente recibió al equipo del Correo del Orinoco en la sede de Últimas Noticias, ubicada en La Urbina. En su mesa estaba un libro de Peter Kornbluh: Pinochet: los archivos secretos, al cual hizo referencia durante toda la entrevista.
El 11 de septiembre del año 1973 Chile vio morir a su líder, Salvador Allende, presidente socialista que alcanzó ese cargo a través de elecciones democráticas. Un golpe de Estado acabó con su gobierno, de apenas 3 años.
De acuerdo con Díaz Rangel, el golpe militar contra Salvador Allende se planificó desde Estados Unidos (EEUU) mucho antes de que Allende ganara la Presidencia. Existían planes para que no llegara a ganar y planes para sacarlo del poder, de acuerdo con el libro de Kornbluh, citado por Rangel.
Antes de las elecciones, ya estaba firmada la sentencia contra Salvador Allende, resaltó Díaz Rangel. “Copia de esos documentos le entregaron al Gobierno de Chile, y el secretario de Estado (EEUU), que era Colin Powell, dijo que eso lo hacían para compensar parcialmente el daño que Estados Unidos le hizo a Chile”, comentó.
Esta es la primera vez en que un golpe de Estado aparece tan documentado y tan clara la participación de Estados Unidos en esta acción militar, dijo Díaz Rangel.
LA CIA EN AMÉRICA LATINA
Siempre se ha conocido que la CIA (Agencia Central de Inteligencia, por sus siglas en inglés) ha participado en diversos golpes de Estado en América Latina y también en Europa, aseguró Díaz Rangel.
“Hace poco se denunció el de Irán, en el año 1953, donde la CIA quedó descubierta como la responsable de ese golpe, pero nunca, nunca ha habido tantos documentos que demostraran, desde antes de la elección de Allende, hasta después de consolidado el poder”, la participación de la CIA en esta acción militar de facto.
Díaz Rangel tomó el libro y comenzó a leer algunos párrafos importantes, que tenía resaltados con bolígrafo y algunas anotaciones.
Explicó que de los 24 mil documentos, más de 2 mil eran de la CIA, 3.800 pertenecían a la Casa Blanca y otro tanto del Pentágono. Uno de los mensajes enviados por EEUU antes de que fuera electo Allende (1970) decía: “No dejaremos que llegue una sola tuerca o tornillo a Chile si Allende se hace con el poder, haremos cuanto esté en nuestra manos para condenar al país y a sus habitantes a las privaciones y la pobreza más absoluta”, leyó Díaz Rangel del texto de Peter Kornbluh.
Este mensaje está en uno de los documentos desclasificados, a los cuales hace referencia.
Dijo que el gobierno estadounidense y sus brazos de inteligencia manejaban la probabilidad del triunfo de Salvador Allende. “Ellos amenazaron a Chile, que si él (Allende) ganaba, iban a penetrar y debilitar su economía”.
LA MANO DE LA PRENSA
Después de que gana las elecciones presidenciales, en el año 1970, los estadounidenses hicieron planes y maniobras para que Allende no tomara posesión de su cargo, aseguró Díaz Rangel.
El primero que asumió esa iniciativa fue Agustín Edwards, director y dueño del diario chileno El Mercurio. “Él (Edwards) fue a Chile y se entrevistó con el presidente de la Pepsi, Don Kendall, que a su vez había sido abogado de Nixon; entonces le hicieron el planteamiento de impedir que Allende llegara al poder, ya este electo”, comentó Díaz Rangel.
Indicó que uno de los elementos esgrimidos fue el asesinato del general Schneider, jefe del Ejército en los años 70; “todo, para perturbar y designar una junta de gobierno”, añadió.
Díaz Rangel reiteró que “los planes de Estados Unidos contra allende estaban vigentes antes de su elección, y después de su elección hicieron lo posible para impedir que tomara posesión; todo eso está demostrado en documentos que fueron desclasificados”.
Aseguró que la prensa también era manipulada; incluso se enviaban los artículos que tenían que ser publicados para generar rechazo contra Salvador Allende.
-¿Qué les asustaba al gobierno estadounidense y a la CIA de Salvador Allende? ¿Su posición socialista y de izquierda?
-Claro. Hubo un momento en que (Henry) Kissinger dijo que (Allende) era más peligroso que (Fidel) Castro, porque él habla en un lenguaje democrático y confunde a más gente. Porque claro, Allende era eso: un hombre de la democracia y utilizó vías constitucionales para llegar al poder, mientras que Castro llegó al poder por la vía armada.
Entonces “comprometieron al Departamento de Estado, e hicieron incluso una campaña de rumores, organizados por la CIA. Es que eso fue una cosa descarada”, enfatizó Díaz Rangel.
Díaz Rangel citó otro párrafo del libro Pinochet: los archivos secretos, en el que leyó que dos funcionarios de la CIA dieron órdenes al centro de operaciones en Santiago “para iniciar de inmediato una campaña de rumores, basados siempre, en la medida que sea posible, en hechos tangibles, que ayuden a crear ese clima propicio para un golpe de Estado. A modo de sugerencia, tal vez pueda asignarse a los oficiales la labor de salir a los bares y hacer correr, al menos, tres rumores al día, durante diez días seguidos”.
A Díaz Rangel le llama la atención que hasta los rumores eran originados por órdenes de la CIA, así como la huelga de los camioneros (1972-1973): “todo eso fue planificado y financiado por la CIA”.
Dos días después del golpe de estado, el 13 de septiembre de 1973 la Casa Blanca mandó un mensaje a Chile: “Hemos recibido con agrado el deseo de la junta, transmitido por el general (Augusto) Pinochet, de estrechar los lazos entre Chile y Estados Unidos”, leyó Díaz Rangel.
Agregó: “Es decir que ellos le dieron, inmediatamente, el visto bueno al golpe de Estado”.
También aparecen en la escena chilena los que Díaz Rangel denominó “los copeyanos de allá” de Chile: el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Cuando Pinochet se hizo del poder, con apoyo del Gobierno estadounidense, “los copeyanos de Chile fueron mandados a una gira internacional por América Latina y otros países para que trataran de convencer de que era necesaria esa conspiración y ese golpe”.
GOLPE SIN RESISTENCIA
-¿Cómo evaluó usted en ese momento lo que acontecía en Chile?
-Al principio, nosotros, toda la gente gente de izquierda y muchas personas constitucionalista pensaron que iba a haber resistencia al golpe de Pinochet, porque ahí había dos partidos -el Partido Socialista y el Partido Comunista- muy bien organizados, y había una clase obrera muy consciente y organizada; se pensaba que iba a haber resistencia al golpe.
Pero la acción militar contra Allende fue planificada de tal manera que estaba pensada “para impedir cualquier intento de resistencia, de un sindicato, de un grupo de estudiantes, porque fue avasallante la fuerza militar”, sostuvo.
Tal como lo expresó Díaz Rangel, la fuerza militar de Chile, en todos sus componentes y en todo el país, estaba presta para contener cualquier protesta.
“No hubo un sitio de Chile donde no estuviera la fuerza militar”, resaltó. Los militares chilenos ocuparon todos los espacios y no dejaron espacio para contradecir el golpe de Estado.
El objetivo era atemorizar a la gente, “y los pocos esfuerzos que se hicieron en contra, enseguida fueron liquidados. Ellos tuvieron que utilizar el estadio nacional de Chile para hacer presos a los partidarios de Allende, o los que ellos suponían eran partidarios. A otros los metieron en cárceles. Esto revela la magnitud de la embestida de las fuerzas militares contra los sectores populares y de izquierda en Santiago, Valparaíso y otras ciudades”, recordó el periodista.
Además no hubo ningún intento militar de impedir ese golpe encabezado por Augusto Pinochet, quien fue el jefe del Ejército de el presidente Salvador Allende.
CONFIABA EN EL EJÉRCITO
Allende confiaba fielmente en su Ejército, opinó el periodista venezolano.
“Yo vi una entrevista que Régis Debray le hizo a Allende días antes del golpe, y en esa entrevista, más bien una conversación, queda evidenciado que Allende tenía demasiada confianza en el Ejército, que lo creía incapaz de insurgir y dar un golpe de Estado, a pesar de que ya se rumoraba” una acción en su contra, mencionó.
Ya le habían advertido a Allende sobre ese peligro, “y el mismo Debray le decía Allende que se observaban síntomas de la preparación de un golpe y el mismo Allende fue demasiado confiado”, ratificó.
Díaz Rangel recordó que poco antes “se había producido el asesinato del Che Guevara en Bolivia, y posteriormente se produce el derrocamiento y la muerte de Allende en Chile. Eso aparecía como si estaban cerradas las dos vías: la armada y la democrática. Fue un golpe muy duro para todas las fuerzas de izquierda, para toda la gente de pensamiento revolucionario”.
Las dos vías estaban bloqueadas, y comenzó un proceso de retroceso en América Latina, aseguró Díaz Rangel. Después se recuperó.
Allende era para América Latina la demostración de que la izquierda y el socialismo podían llegar al poder de manera civil, democrática y constitucional.
Dijo que muchos chilenos vinieron exiliados a Venezuela y explicaron lo que había ocurrido con Allende. “El problema con ese golpe es que no hubo ninguna resistencia, ni militar ni civil, porque fue planificado al detalle”, insistió el comunicador social venezolano.
El golpe de Estado tuvo una característica importante: Augusto Pinochet se incorporó a los planes golpistas dos días antes, reseñó el periodista. “Él no estaba metido en la conspiración, estaban otros generales, pero como era jefe del Ejército lo llamaron y se sumó a la conspiración”.
-¿Ya le habían dicho a Pinochet que sería el gobernante de facto?
-Yo no creo que se lo hayan dicho; yo creo que su capacidad logró (ese puesto). Siempre, en nuestros países, el Ejército es la primera fuerza; después viene la naval, que no tiene acción territorial, y la aviación.
Pinochet, con su habilidad, “logró mantenerse allí todo el tiempo (1973-1990) y desplazar a los otros oficiales que estaban de la marina, de la aviación”. Durante su dictadura, demostró una gran capacidad de dominio de la situación, señaló.