Por Gino González|Hijos de la misma historia (Opinión)

“A mí me daría dolor / que nos matemos mi hermano / ven amigo colombiano / vamos juntos a luchar / nuestros lazos de amistad / por siempre perdurarán / somos hijos de la patria que / nos dejó El Libertador (…) Nuestra sangre derramada / es petróleo para el yanqui…Quieren engañar al pueblo de tu tierra y mi país, quieren esconder el hambre con la guerra, ese pedazo de tierra no alcanzará para enterrar nuestros muertos”.

Así cantó Alí Primera en La Guerra del Petróleo.

Hace años que intentan ponernos a pelear. “Divide y vencerás” dice también una máxima maquiavelista. Los gobiernos tienen sus formas de resolver los asuntos de Estado según la cercanía que tengan con los pueblos en sus países respectivos. Nosotros, por nuestra parte, debemos reiterar sin cansancio que somos la misma gente. Yo diría que lo somos, más allá de lo geográfico, por nuestra condición de clase. Los pobres son los mismos en cualquier parte del mundo. Somos hijos de la misma historia y más aún quienes debido a la cercanía territorial tienen un ineludible destino común.

Viva Colombia con Venezuela / Venezuela con Colombia / nosotros somos hermanos / hijos de la misma historia.

De la costa y de los Andes / de la selva y de los llanos / nosotros somos hermanos / desde tiempo ancestrales / nuestros lazos culturales / nacieron de un mismo suelo / para conformar un pueblo / en un mismo corazón / somos la misma nación / y por eso nos queremos.

Por siempre hemos compartido / la tristeza y la alegría / y la misma oligarquía / que a nuestro pueblo ha oprimido / también al imperialismo / que aquella vez derrotamos / juntos siempre hemos peleado / pero nunca entre nosotros / hoy la trampa del coloso / la pretensión del imperio / que entre hermanos nos matemos / para él salir victorioso.

Qué viva Simón Bolívar / qué viva la Gran Colombia / que viva la patria hermosa / de México a la Argentina / es decir, viva Bolivia / Cuba, Chile y Ecuador / Nicaragua, El Salvador / todo el Sur todo, el Caribe / sin nadie que nos domine / que viva la integración.

Claro que la paz queremos / y respetamos la vida / pero no andar de rodillas / sometidos a un imperio / como hace el lacayo interno / que es traidor y vendepatria / como pueblos que se abrazan / se quieren y se respetan / así queremos vivir / sin que ninguno se arrime / buscando que te descuides / pa’volarte la cabeza.

ginoesnu@hotmail.com

Se impuso la sensates, y al final se desmoronan poco los deseos e intereses de las oligarquias colombianas y venezolanas. El presidente Santos debe de cuidarse mucho de los mafiosos y asesinos colombianos emcabezados por el paraco URIBE, porque, en estos momentos se van a empezar a implementar acuerdos que van a afectar mucho los intereses de estos grupos económicos: el proceso de paz con las FARC-EP, y la regularización de las relaciones comerciales entre los dos países, Colombia y Venezuela, a través de sus fronteras.