Colectivo Red de Apoyo por Isaloren Quintero B.|La historia de Marcela, la historia de todas (Opinión)

Marcela, es una mujer de 39 años. A sus 27 años debió retirarse de la universidad, cursaba el séptimo semestre de Comunicación Social. ¿La razón? Como muchas mujeres soñaba con el amor y la felicidad al lado de un hombre. Se casó y se fue a vivir al Táchira, donde su marido vivía. No tuvo “suerte” y al poco tiempo se separó. Marcela regresó a Caracas con su hija, sin título universitario y bajo condiciones de precariedad económica, el salario que percibe en la institución pública donde trabaja es muy bajo.

Pasó un tiempo y trata de rehacer su vida con un nuevo hombre, con quien tuvo otro hijo, pero no resultó y se separó nuevamente. Marcela no quiere tener más hijas ni hijos; sin embargo, consigue una tercera pareja y queda embarazada. De entrada no lo quería tener. Por la presión social de la familia y entorno no tuvo más opción. Hoy día el bebé tiene 8 meses y en su expresión se nota que no quería tener ese hijo. Al momento del parto y para poder esterilizarse, el obstetra le exigió una autorización del marido, con la excusa de que era necesario porque después el marido podía reclamarle y él tendría con que defenderse.

Historias como la de Marcela suceden con mucha frecuencia, pasa en todas las clases sociales, solo que a las mujeres de escasos recursos les afecta más. Todas nacemos marcadas por un sistema hegemónico y por tanto dominante de nuestras vidas.

Pareciera que la vida de las mujeres no nos pertenece. Nacemos con ella, pero de facto, en la realidad, en el día a día, en las relaciones, en la estructura de poder, en la configuración de lo real, son otros quienes deciden lo trascendente en la vida de la mayoría de las mujeres: si queremos hijas/os o no, cuántos, la crianza, el uso del tiempo libre de las mujeres madres, el uso de métodos anticonceptivos y cuáles.

Marcela fue víctima de violencia. Primero, por tener que verse obligada a tener un hijo que no deseaba. Segundo, al tener que solicitarle al marido, por exigencias del médico, un permiso por escrito, o una autorización verbal, para que le pudieran realizar una esterilización de las trompas.

LEYES PATRIARCALES AUN HECHAS POR MUJERES

El Derecho Romano es antropocéntrico, patriarcal y, por ende, machista. Este sistema ha sido tan perversamente perfecto que hasta las pocas leyes hechas por mujeres para las mujeres en ocasiones tienen sus visos patriarcales por omisión de derechos fundamentales para las mujeres.

Es el caso de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés), la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención Belém do Pará y nuestra Ley Orgánica sobre el Derecho de las mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Si bien ambos instrumentos internacionales y nuestra ley contemplan avances porque consideran la discriminación contra la mujer como un hecho intolerable que no permite el desarrollo pleno de las mujeres y como una violación a los derechos humanos de la mitad de la humanidad, reconocen que es el Estado el principal actor llamado a garantizar, promover, defender y desarrollar acciones que disminuyan y sancionen las diversas formas de violencia contra la mujer.

Ninguno de los tres instrumentos son tajantes para determinar que la sexualidad es una fuente o un foco de discriminación contra la mujer y no se le otorga poderes plenos a éstas para detentar el control de sus cuerpos en manos de los hombres desde hace al menos dos mil años, más allá de reconocer que la reproducción y la maternidad no podrá ser un elemento de discriminación como lo hace la Cedaw.

DEUDA HISTÓRICA

Esta vulneración del derecho de las mujeres al no poder decidir sobre su propio cuerpo y la interrupción de un embarazo no deseado, requiere que aterricemos el discurso de los derechos humanos no como una abstracción jurídica sino como un ejercicio real de dignidad humana para las mujeres, sobre todo para nuestras mujeres de los sectores populares que son las que sufren en carne propia la discriminación y criminalización por no contar con los recursos y métodos adecuados para la interrupción de embarazos en condiciones seguras.

La Ley Orgánica sobre el Derecho de las mujeres a una Vida Libre de Violencia seguirá en deuda con las mujeres hasta tanto no se reconozca que también se ejerce violencia contra nosotras cuando nos obligan a tener hijas/os que no deseamos.

Es violencia que otros decidan sobre nuestros cuerpos.

Es violencia el hecho que una mujer tenga que vivir todo el resto de su vida con la sensación de sentirse culpable y encima con la carga de un hijo que es solo su responsabilidad porque la asignación de responsabilidades por género para la crianza de las/os hijas/os recae solo en la mujer.

Es violencia que la mujer tenga que humillarse a pedir permiso al marido para que éste autorice una esterilización.

ACTIVISMO

A propósito del 28 de septiembre como el “Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y del Caribe”, por resolución del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, varios Colectivos de mujeres estuvieron en la calle y en las redes sociales posicionando el tema, que aún en Revolución, sigue tímidamente tratado.

ACERCA DE LA RED DE APOYO POR LA JUSTICIA Y LA PAZ

Es una organización social, sin fines de lucro, que promueve y defiende los derechos humanos en Venezuela desde 1985. la Red de Apoyo: 1. Denuncia jurídica los casos de violación del derecho a la vida, integridad personal, libertad y seguridad personal e inviolabilidad del hogar. 2. Atiende médica, psicológica a las víctimas de tortura y a familiares de víctimas de abusos policiales o militares. 3. Promueve políticas públicas en materia de derechos humanos. 4. Realiza actividades de promoción y difusión, y genera procesos de educación en derechos humanos. Estamos en Parque Central, Avenida Lecuna.Edif. Caroata, Nivel oficina 2, ofic.220. Telefax: 574 19 49 / 574 80 05 www.reddeapoyo.org.Facebook: Red de Apoyo por la Justicia y la Paz

Twitter: @redapoyo @isaloren72

Muy bueno el articulo, hay que llevar estos debates a las comunidades, porque no se esta debatiendo como debe ser, Hay que incluir el tema de la violencia obstetricia ( violencia que sufrimos las mujeres a la hora del parto en las instituciones de salud publica y privada) allí en ese momento en que cambia nuestra vida también hay que lidiar con el abuso, maltrato en su mayoría psicológicos de esos servidores (doctores/as y enfermeras/os a los que se le hace cotidiano el lidiar con una parturienta y pierden la sensibilidad humana.