Por Arturo Tremont|Impacto en pensiones y jubilaciones (Opinión)

El aumento del salario mínimo se aplica al monto de las pensiones y jubilaciones, por mandato de la Constitución (Art. 80, CRBV).

Las pensionadas y los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) son los primeros en cobrarlo, por el sistema contable que paga el mes por adelantado.

En la Administración Pública algunos organismos tardan hasta un año para cancelar el monto y el retroactivo con la diferencia. La mayoría debe esperar que la Asamblea Nacional (AN) apruebe un crédito adicional para honrar el compromiso con los jubilados y pensionados.

Además, existe una desigualdad entre los pensionados “puros” que solo reciben la pensión del IVSS, mientras que un grueso sector es beneficiario de la pensión de vejez (IVSS) y la jubilación que recibe del organismo oficial en el que laboró durante 25 años o más. Es decir, cuando ocurre el aumento hay un grupo que recibe 30% por el IVSS y 30 % por la jubilación.

El impacto fundamental radica en que cualquier aumento, por alto que éste sea y se acerque al índice inflacionario, cumple la función de elevar el valor nominal del ingreso pero solo a los efectos de los gastos de alimentación. Por eso se ha planteado que la pensión sea igual al costo de la canasta básica, bajo los indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Quienes tienen hijas o hijos amparados por HCM, reciben medicamentos costeados por dichas pólizas colectivas. Buena parte de los pensionados y jubilados deben adquirirlos en farmacias privadas al precio del mercado, lo cual les consume más de la mitad de la pensión.

Las medicinas deben ser personalizadas en centros de salud y farmacias autorizadas, con descuentos importantes. Esas son metas de la seguridad social.

rtvoces@yahoo.es
Caracas

Buen comentario del compañero Tremont, incansable y experimentado luchador por los derechos de los trabajadores venezolanos. Sin embargo discrepo en un aspecto de su artículo, pues pareciera deslizar que la seguridad social en su componente de salud, particularmente de medicamentos, debería ser cubierta por el Estado mediante el subsidio de medicamentos vendidos por la empresa privada, mediante quizás «cesta medicamentos» o algo parecido. En este punto es vital que el Estado inicie definitivamente una producción propia por empresas públicas de los llamados medicamentos esenciales, capaces de cubrir más de la mitad de los problemas de salud. Esto puede hacerse mediante los distintos convenios Venezuela- India-Cuba-Barsil-Iran, etce, etc. Solo ha faltado la voluntad política y la capacidad técnica para hacerlo. Desprivaticemos el Estado venezolano y contribuiremos a salir de la crisis que este mismo sector nos ha impuesto.