Simon Bramhall, británico de 48 años y cirujano en el hospital Queen Elizabeth desde hace una década, ha sido suspendido de sus funciones como médico. Al parecer, el hombre llevaría todo este tiempo firmando en los órganos de sus pacientes, o así lo afirman sus colegas de profesión, ya que uno de ellos se encontró las iniciales ‘SB’ grabadas en un hígado durante una operación rutinaria.
Ahora, se investiga si es cierto que Bramhall se dedicaba a plasmar su autógrafo en cada cuerpo que pasaba por su bisturí. Según el diario inglés The Daily Telegraph, para inscribir sus iniciales el cirujano utilizaba gas argón, que se usa frecuentemente para unir vasos sanguíneos. Los expertos han concretado que este tipo de práctica dejaría quemaduras superficiales en el órgano, pero no llegarían a ser perjudiciales.
Además, se cree que la firma de Bramhall podría estar impresa en cientos de cuerpos. Por su parte, el servicio nacional de salud británico se ha puesto manos a la obra para aclarar los hechos.