A un año de la creación del huerto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Juventud y el Deporte, ubicado en el estacionamiento del Parque Naciones Unidas, en El Paraíso, cuenta a la fecha con 860 cultivos en materos, distribuidos en cerca de 60 especies de plantas, entre las que destacan las frutales, medicinales y ornamentales.
El coordinador del Ministerio del Poder Popular para la Juventud y el Deporte, en la parroquia El Paraíso, Leonard Toro precisó que el huerto nació hace un año con el llamado del Presidente Nicolás Maduro, para desarrollar la Misión Árbol, “nosotros tomamos la iniciativa como juventud, de hacer este aporte”.
El objetivo, indicó, es fomentar las jornadas de trabajo productivo, a fin de impulsar la política de Estado sobre la agricultura urbana y fortalecer el sistema ecológico-ambiental contemplado en el Quinto Objetivo del Plan de la Patria.
Toro, ofreció su declaración en el huerto, ubicado en el citado parque en un espacio de aproximadamente 30 metros de largo por cinco de ancho, donde aseguró que el proyecto comenzó con “unas 10 plantas, en este estacionamiento que no tenía las mejores condiciones, y poco a poco, con un trabajo voluntario y de reciclaje, hemos venido impulsando el proyecto en estas instalaciones”.
Con este tipo de trabajo productivo, resaltó que “se puede hacer bastante por nuestro país. Con una experiencia como esta en el centro de Caracas, demostramos que también podemos producir alimentos. Nosotros tenemos piña, aguacate, café, ají, pimientón, plantas medicinales”.
Al referirse a la dinámica de trabajo en el huerto, comentó que participa voluntariamente “la sumatoria de todos los panas”, a saber, la juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), del Movimiento de Recreadores Juventud Sembrando Valores, los estudiantes de la Organización Bolivariana Estudiantil y otros.
Semanalmente, indicó, reciben cerca de 400 personas, entre jóvenes y adultos, que colaboran de manera voluntaria en el mantenimiento del huerto, como el regado de las plantas, la colocación del abono, la limpieza del espacio y otras labores.
Toro afirmó que reciben la colaboración voluntaria de los centros de estudios de la zona. “Los estudiantes se acercan al huerto para ayudar, pero como también tienen experiencia de semilleros en sus liceos, quieren que los ayudemos y los asesoremos. Aquí les damos una especie de minitaller”.
Sobre el destino del producto de los cultivos, comentó que las plantas medicinales en su mayoría se regalan a las comunidades, y tienen un convenio con una empresa productiva socialista de condimento, con la que intercambian productos en calidad de trueque.