Otra vez, como en 2002, la derecha usa la frase “marcha sin retorno”, equivalente a la consigna “¡Ni un paso atrás!, de tan sangrientos resultados.
Cada “líder” vocifera el “sin retorno”, pero ninguno quema las naves, como Hernán Cortés. Allí todos tienen un pie en el estribo del avión, solo que el Gobierno los madrugó y prohibió los vuelos privados.
La medida atemorizó a los que pensaban incendiar el país y volar raudos al exterior, dejando a sus propias bases… sin retorno.