Altos dirigentes occidentales ha hecho llamados a la (Organización del Tratado del Atlántico Norte) OTAN para asesinar líder libio, Muammar Gaddafi, y poder salvar así la campaña de bombardeos contra ese país, que va hacia un punto muerto.
Los llamados se presentaron mientras se informaba que el Coronel Gaddafi había fortalecido su control en el poder repatriando miles de millones de dólares en activos del extranjero que debieron estar congelados por las sanciones de la ONU.
El domingo, hubo una creciente presión sobre las Fuerzas de la Coalición para que se ataque militarmente al Coronel Gaddafi.
El Senador Lindsey Graham, un miembro republicano de la Comisión de Servicios Armados del Senado, dijo que la forma más rápida para terminar con el «punto muerto» sería “cortarle la cabeza a la serpiente”.
“La gente alrededor de Gaddafi necesita despertar todos los días preguntándose, ¿será este mi último día?”, comentó Graham.
El senador John McCain, quien visitó la ciudad de Benghazi el fin de semana, también dijo que «el dictador libio debería ser atacado» pero argumentó que era más importante incrementar la fuerza de artillería estadounidense sobre la nación árabe.
“Es muy obvio para mí que EE.UU. tiene que desempeñar un mayor papel en el lado del poder aéreo. Nuestros aliados de la OTAN no tienen ni los activos ni la voluntad, hay solo seis países de los 28 de la OTAN que están activamente comprometidos en esta situación», precisó McCain.
Por su parte, William Hague, secretario de Relaciones Exteriores británico, no descartó tampoco el uso de aviones no tripulados de EE.UU. para intentar asesinar a Gaddafi.
Hague expresó, “quién o qué es un objetivo legítimo depende de su conducta”.
Sin embargo, negó la teoría sobre el punto muerto de los bombardeos a Libia y también descartó propuestas de partir el país.