Millones de chinos sentirán por primera vez el rigor de abstenerse de fumar en reuniones, restaurantes, centros comerciales y otros lugares públicos al entrar en vigor una regulación que lo prohíbe, para alivio de quienes sufren por esa práctica dañina.
Según una nota oficial publicada hoy, el llamado esta dirigido incluso a funcionarios gubernamentales y políticos para que abandones el hábito de fumar en público y solo hacerlos en áreas predeterminadas fuera de las salas de reuniones en provincias, municipios especiales y regiones autónomas.
En próximos meses y antes de la celebración en marzo de las sesiones de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y la Asamblea Popular Nacional, sus representaciones a esos niveles del país sostendrán los encuentros previos, que pondrán a prueba acabar con la práctica de fumar, tan extendida en este gigante asiático.
Todas las sedes del gobierno, el Partido Comunista y otras entidades oficiales de China ya muestran los anuncios de No Fumar, en el país con más fumadores en todo el mundo, por encima de los 300 millones, y más fumadores pasivos, unos 740 millones.
Pero además, esta directiva oficial pondrá fin a otra práctica, como la de regalar cigarrillos, un gesto tardicionalmente muy bien visto en esta nación milenaria.
La medida tiene defensores y detractores, que insisten en que fumar forma parte del comportamiento normal y facilita el intercambio personal y abordar temas de interés incluso con desconocidos.
Ocurre además en un Estado donde las fotos de líderes históricos como Mao Zedong y Deng Xiaoping los muestran casi siempre con un cigarrillo entre los dedos.
Especialistas consultados por la prensa hoy dijeron que en un país con la mayor cantidad de fumadores del mundo esta prohibición no será fácil de llevar a cabo.