Al pintor “sencillamente hay que comprenderlo”, enfatizó el actor|Luigi Sciamanna enfrentó el mayor reto de su carrera en la película Reverón

Foto/Héctor Rattia/Cortesía Cinemapress

El viernes pasado una vez más el cine venezolano volvió a estar representado en las carteleras comerciales con cuatro títulos simultáneamente. El más reciente de esos estrenos es el filme de Diego Rísquez, que en esta ocasión trae una fábula de amor, locura y genialidad basada en la vida y obra de maestro Armando Reverón, interpretado por Luigi Sciamanna, también coguionista y cantante del tema principal de la obra

La cinta Reverón, ambientada entre 1924 y 1954, destaca especialmente la particular relación entre el mago de la luz y Juanita (Sheila Monterola), quien fuera su musa, su amor y compañera hasta el fin de sus días.

Rísquez, en un experimento lúdico y estético condimenta la historia, cargada de datos biográficos reales, con elementos que toma prestados de la propia obra plástica de Reverón. El cineasta, encargado también de la dirección de arte en esta producción, logró reproducir con la cámara esas imágenes cargadas de la luz tropical que enceguece y deja al blanco como tonalidad predominante, especialmente en las transiciones entre las escenas.

Otro componente interesante fue la recreación del Castillete, ese espacio vital que construyó Reverón como una especie de reino rupestre de la austeridad y el ingenio, ideal para el desarrollo de la obra artística que estuvo estrechamente ligada con su manera de vivir.

CALVO PERO ACTOR

Todo ese trabajo estético y el valor desde el punto de vista histórico que puede tener la película, esta sostenido por las convincentes actuaciones de Sheila Monterola y Luigi Sciamanna, ambos en los roles más importantes de sus respectivas carreras cinematográficas.

Con su cuero cabelludo al descubierto, resulta complicado imaginarse a Luigi Sciamanna en el papel del “loco de Macuto”. El mismo actor narró, minutos antes antes de la premier de la película, una anécdota que bien puede reflejar la impresión del público en general.

El preestreno de la cinta se llevó a cabo en el teatro Lía Bermúdez, de Maracaibo. Al finalizar la función, según cuenta el actor y escritor, se le acercó una persona del público y le confesó, con el típico acento maracucho, que cuando lo vio antes de la proyección pensó: “!Si este carajo es Reverón, esta vaina se jodió!”. Finalmente el mismo espectador lo felicitó y le ofreció un fuerte abrazo.

-Cuando se les pregunta a los actores sobre la importancia de determinado trabajo, generalmente responden que todos son igual de valiosos.

-Claro, cuando tu protagonizas siempre, quizás todos los personajes te puedan parecer igual de importantes. Pero yo en el cine he protagonizado solamente dos veces y me siento muy orgulloso, además, porque han sido Sucre (de Alidha Ávila) y Reverón. No me quejo. Me gustaría poder acceder más seguido a papeles principales pero los directores de cine lo primero que ven en mí es un actor calvo. Eso se lo agradezco mucho a Diego (Rísquez), que vio en mí un actor del que tenía un asunto que resolver, pero ante todo vio a un actor. Sin duda alguna Reverón es el personaje más importante que he interpretado en el cine, junto con Sucre.

– Es el primer largometraje de ficción que se hace sobre este personaje tan importante, y seguramente usted va a ser el referente visual de Reverón. ¿Cómo toma eso?

– Desde que Diego me ofreció el papel lo tomo con una enorme responsabilidad. Desde que lo asumí no hubo otra cosa más importante. Por lo general no suelo aceptar muchas cosas a la vez, porque me gusta dedicarme a cada proyecto. Pero sabía que con este personaje había un viaje de verdad muy intenso y largo, al que había que entregarse sin reservas. “Vente pa acá”, se dice Reverón a sí mismo en una escena. Si lo reflexiono, eso fue lo que me dijo: “Vente pa’ acá”. Entonces yo fui pa’ allá, y fui con todo; con gran amor, responsabilidad,entrega y con gran pasión.

-La película muestra algunos aspectos sórdidos del maestro.

-Traté de que la interpretación fuese lo más humana posible, verlo con todos sus luces y, sobre todo, con todas sus sombras. Con esos aspectos conflictivos que tenemos todos los seres humanos. Que Diego se encargara de la luz, con la fotografía y con la estética, y que de mi parte corriera el lado de la sombra, en el sentido de la enfermedad, el dolor, la búsqueda, la dificultad al relacionarse. Este es un personaje muy complejo.

-¿En que medida piensas el mago de la luz fue un hombre oscuro?

-Fue oscuro, pero no en un sentido maligno. Fue un personaje difícil. Imagínate un hombre que decide vivir apartado, en una Venezuela todavía tan rural, construyó una casa que comienza como un rancho. Encima se consigue a una mujer de pueblo, se la lleva a su casa y no se casa con ella, en una época como esa. Además tuvo esas actitudes excéntricas y fabricó un personaje paralelo. Fue diagnosticado como esquizofrénico. Decidió no procrear con esta mujer que para él es todo: es madre, es amiga, es tierra, es musa, es diosa. Parece que a veces era un hombre seco, poco sentimental. Entonces traté de dividir al Reverón íntimo del Reverón público.

-A juzgar por esta historia fue también un poco egoísta.

-Creo que todo gran artista que tenga su obra como el norte de su vida termina siendo egoísta. Y esto no es malo. A Reverón sencillamente hay que comprenderlo.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Héctor R. Rattia Ibarra / Cortesía Cinemapress

Certera y conmovedora la descripción que da del Maestro. Se ha comprenetrado con el, fué ÉL, así es
el ARTISTA. bravo Luigi. marisa marconi, una pintora