Últimamente algunos analistas renombrados han venido asegurando que a la mayoría de la población venezolana no le interesa buscar los culpables de los problemas económicos, sino quién pueda solucionarlos.
Puntualmente, lo han dicho Luis Vicente León y Oscar Schemel, pero la idea comienza a generalizarse. Que venga del primero, no puede sorprender. Es obvio que él, como vocero de la derecha, quiera influenciar para que el pueblo no identifique a los responsables de sus padecimientos, mientras que de paso culpa al Gobierno por no poder solucionarlos.
De Schemel preocupa un poco más, por dos motivos. En primer lugar, porque sus conclusiones podrían tener una base cierta. Es decir, que de verdad a la mayoría no le importe quién es el responsable de la crisis. Esto evidenciaría un grado de despolitización muy grande y el riesgo de que esas personas caigan en la trampa de buscar las soluciones en los mismos que generaron los males.
En segundo lugar, porque Schemel es ampliamente escuchado en el chavismo, y algunos cuadros podrían subestimar la importancia de explicar al pueblo quiénes son los responsables de la situación actual. El pueblo debe conocer quiénes se están beneficiando con esta crisis, sacar una radiografía de esa clase parásita, sus vínculos con los factores políticos de la derecha y con el imperialismo. Esta tarea pedagógica es fundamental para la Revolución.
Decir que no importa quién generó el problema, equivaldría a decir que no importa quién hizo el bloqueo a Cuba. Si los cubanos hubieran pensado así, serían colonia yanqui hace rato.
El patriota guatemalteco Guillermo Toriello Garrido, refiriéndose a Estados Unidos, alertaba que “de donde vienen los males, no pueden esperarse las soluciones”. Un argumento irrebatible.
Saber de dónde vienen los males es el inicio de la solución. Los problemas económicos de Venezuela se resolverán, eliminando la burguesía parásita, en pos de una economía productiva, diversificada y solidaria. Solo la Revolución quiere hacerlo. Solo la Revolución puede hacerlo, con el liderazgo del presidente Nicolás Maduro; con el plan de la patria, el legado del comandante Hugo Chávez; y con un pueblo consciente y organizado. ¡En eso estamos!