El historiador Manuel Carrero sentenció que lo ocurrido en el siglo XIX con la oligarquía es importante “para nosotros poder entender lo que hoy sucede en Venezuela”.
Durante su participación en el programa Construyendo la utopía, moderado por el comunicador Alfredo Oliva y transmitido por YVKE Mundial, Carrero aseguró que hubo una “oligarquía aduanera, porque es en el tránsito de la aduana donde se comete el delito del contrabando, la evasión, el robo, el dolo”; en este sentido, advirtió que ese es el origen “de muchas riquezas del siglo XX”.
Es “una oligarquía delictiva, que delinque en la aduana”, caracterizó.
Carrero afirmó que la historiografía imperante ha sido la positivista, que no aborda “lo estructural”. Añadió que, para comprender lo que ocurrió en América y en Venezuela a partir de 1500 “es necesario comprender la reconquista española”. A su juicio, fue “un estrangulamiento, una cosa terrorífica” al “extirpar de cada ser humano la cultura” y las creencias. Pero eso no ocurrió “de la noche a la mañana”, acotó.
El investigador dijo que en la prensa de 1850 o 1860 se encontraba gente “que protestaba y recriminaba a los libertadores haberse metido en eso”, igual que -en su criterio- sucede ahora. “Venimos desde el siglo XIX con una carga sumamente pesada de la que no logramos liberarnos”, afirmó.
DESTRUCCIÓN PREVIA
El historiador Marcos Fuenmayor, quien también participó en el programa, sostuvo que no hubo un encuentro entre dos mundos, sino “la imposición de un mundo sobre el otro”. En su criterio, la independencia venezolana está marcada por factores como que Inglaterra “intrigó para destruir el imperio español en América”.
Según Fuenmayor, la Venezuela que ingresa al siglo XIX está destruida en lo institucional y en lo material. “Los hombres que inician la república” se ven “ante un territorio devastado” que deben reconstruir, describió.
Puntualizó que las casas comerciales inglesas otorgaron créditos a los terratenientes para la producción agrícola y apuntó que en el siglo XIX “Venezuela estuvo sujeta a las fluctuaciones del precio del café en la bolsa de Londres, así como hoy en día estamos sujetos a las fluctuaciones del precio internacional del petróleo”.
El historiador aseveró que, cuando los precios del café eran altos, “había cierta estabilidad política y social en el país” y “cuando no había tanto dinero para repartir, las contradicciones entre comerciantes, exportadores y terratenientes llegaban a su máxima expresión”.
Cuando aparece el petróleo en el país, analizó, la república “no ha terminado de formarse, y definitivamente queda deformada por esta estructura de país monoexportador”.