Opinión|María Auxiliadora Castillo:Transformación en universidades

A la par de las transformaciones suscitadas a partir de 1999 hasta nuestros días deberían las universidades autónomas y las experimentales protagonizar procesos democráticos, de verdadera inclusión, sentido de pertenencia y universalización.

Las instituciones de educación universitaria conservadoras desde antaño, impermeables a cambios, son las más antidemocráticas; en primer lugar, porque las decisiones que implican un universo de 60 mil personas por ejemplo, las toman los consejos universitarios, especie de Olimpo de diosas y dioses, cuyos miembros –en algunos casos 21 personas-, se sienten inmortales.

En segundo lugar, no basta que el CNU envíe una lista con un número reducido de jóvenes asignados y con esto, creen las universidades, que se lavan la cara para mostrar inclusión. Estando ya seleccionados u otros entrando por pruebas internas y méritos, la inequidad se hace presente.

Darcy Ribeiro apunta en su libro La universidad nueva: un proyecto: “…es necesario ir adelante desenmascarando el carácter desigualitario de la comunidad universitaria. En primer lugar está la existencia de una categoría minoritaria de estudiantes socialmente privilegiados, y otra ampliamente mayoritaria, constituida por el proletariado estudiantil… que debe trabajar para costear sus estudios, y que por provenir de capas sociales más pobres y menos cultas, encuentra dificultades para comunicarse socialmente con las eminencias de la comunidad universitaria».

Y más adelante manifiesta que los jóvenes excluidos que no aprueban los exámenes de ingreso no tienen oportunidades de nivelarse, pues la misma universidad no provee cursos para superar debilidades en comprensión de textos que nunca fueron escritos para ellos sino para una comunidad académica y científica.

Mucho se ha debatido sobre la transformación en universidades, altos funcionarios repiten discursos, pero teniendo posibilidades de verdadera transformación, algo siempre queda a la mitad, permanecemos con el anhelo de ver a las universidades acometiendo tareas revolucionarias, despojándose de su altivez enceguecida, reventando la burbuja que las separa del pueblo.

“Mientras la revolución social no avance lo suficiente en la transformación del contexto social para que nuevas directrices de la educación nacional se tornen más claras e imperativas, la Universidad se debatirá entre la perplejidad y la ambigüedad”. (Darcy Ribeiro).

T/ María Auxiliadora Castillo
mariauxi65@gmail.com

Valencia / Edo. Carabobo

DENUNCIA PROF GERARDO PAEZ CONTRA LA UNIVERSIDAD DE CARABOBO:

  • El repensamiento de la Educación Universitaria es el reto, no la reforma de las instituciones. La educación la da el pueblo, eduquemos en el pueblo, por el pueblo y con el pueblo. La educación es una interacción humana. que unicamente se puede dar dentro de los pocesos sociales del pueblo: el trabajo, la vida socio-cultural, el ambiente, entre otros. El pueblo es la INSTITUCIÓN UNIVERSIDAD, las demás son malas imitaciones, instrumentalizadas por el neioliberalismo, para mantener la exclusión. El SOCIALISMO debe devolver toda la eduación al pueblo, incluida la universitaria. Los procesos sociales son el espacio y el tiempo apara la educación, pero hay que asumir ese roll, desde la perspectiva de la aportación integral (Decreto 058, pero en la calle) a la humanización del ser humano, es decir, hacerlo humano. La acción educadora de la familia, independiente de las escuelas y a veces en contra, nos da un modelo perfectible de educación en el pueblo, por el pueblo y con el pueblo. VChz.