La ministra de Comercio de Colombia, Cecilia Álvarez, habló ante los medios de comunicación sobre su relación homosexual con la ministra de Educación, Gina Parody.
Álvarez, en una entrevista concedida el jueves a ‘RCN La Radio’, admitió que tiene relaciones de pareja con su compañera de gabinete Parody, y aseguró que tal asunto no tiene nada que ver con su trabajo.
La funcionaria colombiana rechazó que esa polémica relación pudiera traer consecuencias políticas para al Gobierno del presidente, Juan Manuel Santos, e incluso le agradeció al mandatario «porque nunca se metió en el tema personal, sino que vio las cualidades profesionales de cada una de nosotras».
«Yo me pregunto, ¿por qué estas preguntas no se las hacen a los hombres? ¿Cuántos hombres con tendencias como la nuestra han estado en los gabinetes? Yo no puedo desconocer lo que soy y nunca habló de eso el presidente», recalcó Álvarez.
Se trata de la primera vez en ese país latinoamericano que una ministra se pronuncia públicamente sobre sus vínculos sentimentales con otra mujer, también integrante del gabinete del presidente Santos.
La Corte Constitucional de Colombia reconoció en 2007 la unión de hecho entre personas del mismo sexo, así como los derechos de afiliación en la seguridad social a los cónyuges.
Las relaciones homosexuales, aunque consideradas como una “corrupción moral” por todas las religiones divinas, entre ellas el cristianismo, son reconocidas en muchos países europeos y del continente americano. En algunos de estos países, incluso los funcionarios gubernamentales practican abiertamente la homosexualidad.
Aun cuando algunos gobiernos occidentales se esfuerzan por legalizar el casamiento homosexual, el Vaticano y autoridades católicas en todo el mundo protestan contra esas iniciativas.
La Iglesia católica, con unos 1300 millones de miembros en todos el mundo, predica que si bien las tendencias homosexuales no son pecado, los actos homosexuales sí lo son, y que los niños deberían crecer en una familia tradicional con una madre y un padre.