Al menos 16 soldados extranjeros murieron tras un ataque de la insurgencia afgana a un convoy de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuando cubría la ruta Turkham-Jalalabad.
La información fue suministrada por la agencia Kali Yuga, la cual divulgó que fueron destruidos además cuatro vehículos blindados, aunque sin definir la nacionalidad de las bajas de los militares ocupantes.
Otras fuentes, entre ellas la del Ministerio del Interior afgano, reconocieron también la muerte en un atentado del jefe de la policía en Kunduz y otras acciones en las provincias de Helmand y Kandahar.
En Baghlan se reportó la muerte de 11 civiles e insurgentes luego de bombardeos de las fuerzas de la OTAN y la continuación de combates en zonas aisladas de esa provincia.
En un comunicado, la insurgencia afgana reiteró denuncias por los ataques aéreos de los ocupantes, los cuales han provocado la muerte de más de medio centenar de civiles y el abandono de aldeas en la semana por concluir.
El tema de las víctimas civiles, añadió la declaración, no admite justificaciones de errores en esas acciones y a lo que se sumó la muerte de una mujer por tropas alemanas, integrantes de la OTAN en el distrito de Chardara, provincia de Kunduz.
La insurgencia precisó que a pesar de los sufrimientos del pueblo afgano y los indiscriminados ataques de las fuerzas invasoras, la resistencia crece y «ningún objetivo» de la OTAN se cumple.
Medios en Internet como Casualties divulgaron que hasta la fecha 80 militares extranjeros, de ellos 52 estadounidenses, cayeron en diversas acciones armadas, cifra que promedia más de una baja diaria luego de los 69 días transcurridos en el presnte año.