La ministra del Poder Popular para la Salud, Nancy Pérez, aseguró que el sistema nacional de salud pública propuesto por el comandante Hugo Chávez en su mandato y demandado por la Constitución de la República, aún no se hace realidad, pese a los esfuerzos ejecutados.
“Si revisamos, nosotros no tenemos un sistema nacional de salud, tenemos varias estructuras que no son un sistema”, admitió. Si en Venezuela hubiese un verdadero sistema de salud, reflexiona, habría una mejor coordinación entre los distintos entes y las respuestas de cada uno de ellos fueran mucho más asertivas.
Recordó que Chávez tenía la visión de un gran sistema de salud, incluso, desde antes de ser presidente, y que cuando se hace la reforma constitucional, esa intención quedó ratificada al señalar que “la salud es un derecho social fundamental que forma parte del derecho a la vida”, y luego al plantear, en una segunda instancia, su creación.
A juicio de la funcionaria, si se hubiese logrado ese modelo, no existieran parcelas, “donde el Seguro Social tiene su responsabilidad, el ministerio tiene otra, Barrio Adentro tiene otra, Ipasme tiene otra y sanidad tiene otra”. Reconoce que aunque todas estas responsabilidades “son necesarias, hace falta integrarlas”.
Enfatizó que el Estado venezolano tiene un ente rector en esta materia, que es el Ministerio de Salud, y que como tal es el único que puede diseñar las políticas que se deben seguir. Es responsabilidad de los entes, insiste, acatar las líneas y trabajar de forma coordinada para cumplir con su obligación de responder al pueblo. “No hay posibilidades de trabajar si no nos ponemos de acuerdo”, sentenció.
FORTALECER MODELO PREVENTIVO
Según Pérez, hay dos conceptos de salud que se debaten en la conciencia de muchos venezolanos: La salud como negocio y la salud como derecho fundamental. El primero, explica, abarca el modelo curativo que, a su criterio, es el que “da billete”, porque “ve a la salud como negocio”. El segundo, en cambio, se basa en el modelo preventivo, y ese es el que asegura que hay que fortalecer.
Sin embargo, aclara que esto no implica la eliminación del sistema privado: “Nosotros no vamos a estar hablando de las clínicas privadas, que las vamos a cerrar, nada de eso”. Esgrime que así como una parte de la población acude al sector público, hay otra que recurre al privado. Por tanto, “el Estado tiene la potestad de regular” lo que pasa en ese sector, hasta que la salud pública pueda brindar un mejor servicio.
Dice que cuando llegue ese momento, la gente seguirá teniendo la opción de escoger a qué sitio acudir, “y ya se perderá aquella idea de que mejor es el privado”. Refiere que en el pasado, “nadie se iba a una clínica, porque las clínicas no tenían capacidad de dar respuesta”. Pero estas “fueron desmontando al sector público para darle potencia al sector privado, y lo hicieron desde políticas de Estado”.