Elecciones en Estados Unidos|Noam Chomsky: El miedo y la desesperanza impulsan a Donald Trump

Figura destacada de la lingüística del siglo XX y considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes, Noam Chomsky nació el 7 de diciembre de 1928 en Filadelfia, Estados Unidos. Es, asimismo, ampliamente reconocido por su activismo político, caracterizado por una fuerte crítica del capitalismo contemporáneo y de la política exterior de los Estados Unidos. A pocos meses de las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 8 de noviembre en su país, Chomsky reflexiona sobre el resultado de las primarias, esboza posibles razones del éxito obtenido por Donald Trump, e introduce el “miedo” como variable de peso. El académico se refiere, además, a la política exterior norteamericana a partir de la visita de Barack Obama a Cuba, la situación por la que atraviesan miles de refugiados en Europa, la actualidad de América Latina, y el “golpe blando” a Dilma Rousseff.

–¿Cuál es su análisis con respecto al resultado de las elecciones primarias en Estados Unidos?

–La característica más llamativa ha sido la fuerte oposición popular a los programas neoliberales de la generación anterior, y el declive de la democracia que ha funcionado asociada con ellos. En ambos partidos, el establishment está siendo atacado por fuerzas que resienten amargamente estas políticas, y con razón. Del lado republicano, el establishment ha sido capaz de destruir candidatos que surgieron de la base, como sucedió con Michele Bachmann, Herman Cain, Rick Santorum, y nominar a su propio hombre, Mitt Romney. Esta vez fue diferente. Ahora están atascados con un candidato que ellos mismos ven como una pesadilla. Del lado demócrata, Bernie Sanders ha tenido un éxito considerable en promover un programa al estilo del New Deal, el cual, de hecho, tiene un apoyo popular muy importante. Y, notablemente, lo ha hecho sin depender incluso de las concentraciones de poder económico privado para el financiamiento masivo que suele dominar el sistema electoral. Claramente, la clase obrera masculina blanca que apoya a Donald Trump está cometiendo un grave error.

–¿Por qué?

–Más allá de cierta retórica, las políticas que él propone son gravemente perjudiciales a los intereses de esa misma clase obrera (y más que eso incluso). Pero sus quejas son reales y comprensibles, y de forma significativa se superponen con aquellas de los diferentes sectores que están apoyando a Sanders. Hay un desarrollo de los acontecimientos similar en Europa, por razones un tanto afines. El neoliberalismo ha sido una maldición para la población en general, en todas partes; un asunto que no requiere elaboración alguna si pensamos en América Latina.

–¿Cómo se compone hoy el electorado de Trump?

Chomsky reflexiona sobre el resultado de las primarias, esboza posibles razones del éxito obtenido por Donald Trump, e introduce el “miedo” como variable de peso. El académico se refiere, además, a la política exterior norteamericana a partir de la visita de Barack Obama a Cuba, la situación por la que atraviesan miles de refugiados en Europa, la actualidad de América Latina, y el “golpe blando” a Dilma Rousseff.–Haciendo a un lado elementos racistas, ultranacionalistas, y fundamentalistas religiosos (que no son menores), los partidarios de Trump son en su mayoría blancos de clase media-baja, de la clase trabajadora, y con menor educación, gente que ha sido dejada de lado durante los años neoliberales. Su popularidad es, en cierta medida, alimentada por el miedo arraigado y la desesperanza que pueden ser causados por un aumento alarmante en los índices de mortalidad para una generación de escasa educación. Que la mortalidad esté aumentando en estos sectores es una cuestión desconocida en las sociedades desarrolladas, y un signo de profundo malestar social. Los salarios reales de la población masculina están a nivel de la década de 1960. El crecimiento económico ha ido a los bolsillos de una pequeña minoría, que vive en un mundo diferente de la gran masa de la población. La inseguridad laboral ha aumentado y esto ha sido el fruto de una decisión consciente.

–¿Podría ampliar esto último?

–El ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, llegó a explicar al Congreso que sus éxitos en la gestión de la economía, que condujo a un desastre global, se basaron en una “creciente inseguridad laboral”; una noticia maravillosa porque significa que las personas que trabajan ni siquiera tratan de conseguir una porción de la torta, y las ganancias para los ricos son seguras. En este sentido, si los trabajadores carecen de seguridad y viven vidas precarias seguramente renuncien a sus demandas. No intentarán conseguir mejores salarios. Esto es lo que, técnicamente hablando, Greenspan llamaba una economía “saludable”. Es evidente que las opiniones de los trabajadores y los pobres son prácticamente ignoradas en el sistema político, que responde casi en su totalidad a los poderosos, como demuestran todos los estudios que se hacen a este respecto. Están indignados y lo están con razón, pero como suele suceder, están dirigiendo su rabia contra minorías todavía más victimizadas que ellos: los inmigrantes y otros grupos víctimas de un “bienestar tramposo” (todo tipo de personas que de alguna manera se cree que están recibiendo lo que no están recibiendo) inventados por la propaganda de la derecha.

–¿Qué rol jugó la apelación al miedo como estrategia electoral?

–En el caso de Trump, parece que su atractivo se basa en ideas de pérdida y de miedo. El ataque neoliberal a las poblaciones del mundo no ha dejado de afectar a Estados Unidos. La mayoría de la población se ha estancado o sufrido algún deterioro, mientras que se ha acumulado una riqueza impresionante en pocos bolsillos. También es importante advertir que Trump obtiene un importante apoyo de nativistas y racistas. Sus partidarios, en su gran mayoría blancos, pueden ver que está desapareciendo la imagen que guardan de una sociedad dirigida por blancos.

–Hace poco evocó al surgimiento de Hitler para referirse al de Trump. ¿En qué sentido lo hizo?

–Voy a citar lo que dije: en un libro de hace más de una década yo citaba al eminente académico de la historia alemana Fritz Stern, que escribió en el periódico de la clase dominante Foreign Affairs sobre “la decadencia en Alemania que iba desde la decencia hasta la barbarie nazi”. Stern sostenía lo siguiente: “Hoy me preocupa el futuro inmediato de Estados Unidos, el país que acogió a los refugiados de habla alemana en la década de 1930”, incluido él mismo. Con unas repercusiones para el aquí y ahora que no podrían pasar desapercibidas a ningún lector atento, Stern examinaba el demoníaco llamamiento de Hitler a su “misión divina” como “salvador de Alemania” en una “transfiguración pseudorreligiosa de la política” adaptada a las “formas cristianas tradicionales” que dirigen a un gobierno dedicado a los “principios básicos” de la nación, con “el cristianismo como la base de nuestra moralidad nacional y la familia como la base de la vida nacional”. Además, la hostilidad de Hitler hacia el “Estado laico liberal”, que compartía una gran parte del clero protestante, motorizó “un proceso histórico en el que el resentimiento hacia un mundo laico desencantado encontró su liberación en la extasiada huida de la sinrazón”. Eso fue mucho antes de que Trump apareciera en escena. Trump no es un fascista. Apenas tiene una ideología coherente perceptible. Pero su movilización de sectores religiosos racistas, ultranacionalistas, y fundamentalistas religiosos, junto con un número importante de gente que está muy enojada y resentida por haber sido marginada a un costado mientras se diseñan políticas para enriquecer y potenciar a los ricos y poderosos, es un peligroso caldo de cultivo, que de alguna manera evoca a finales de Weimar, de modo similar a lo que escribió Stern mucho antes de que el fenómeno Trump trajera estas tendencias a la superficie.

–¿Quién cree que ganará la elección presidencial?

–Probablemente Hillary Clinton, pero no es una cosa segura.

–Sobre Europa y sus políticas contrapuestas para hacer frente a la crisis de los refugiados, ¿cree que pueden poner en peligro el proyecto de integración europea?

–Existe en efecto una crisis de refugiados, en países pobres como el Líbano, donde una cuarta parte de la población se compone de refugiados de Siria, por encima de los refugiados de Palestina e Irak. Y en el pobre país de Jordania. Y en Siria, antes de arrojarse al suicidio colectivo. En general, los países que en realidad soportan una crisis de refugiados no tuvieron ninguna responsabilidad en generarla. La generación de refugiados es en gran parte responsabilidad de los ricos y poderosos, que gimen bajo el peso de un hilo de miserables víctimas, a menudo las víctimas de sus crímenes, a quienes pueden acomodar fácilmente. Lo mismo es cierto con respecto a Estados Unidos y América Central. Todo el asunto es un escándalo moral de primer orden; y ciertamente amenaza con socavar la integración europea, un gran logro de la posguerra. Si lo hace, será una triste observación sobre la cultura europea.

–¿Cuál es su mirada sobre la actualidad política de América Latina?

–En los últimos años América Latina, finalmente, se ha movido enfáticamente para liberarse del dominio de Occidente; en el siglo pasado, del control de Estados Unidos, y para hacer frente a algunos de sus graves problemas internos. El camino no es fácil, existen retrocesos al mismo tiempo que logros. Pero los progresos son muy significativos, y ricos en promesas.

–¿Qué reflexión le merece la situación en Brasil, luego de que se votara a favor de iniciar juicio político a Dilma Rousseff?

–Sin lugar a dudas ha habido muchos delitos cometidos por las élites políticas y económicas, en todo el espectro. Y por consiguiente quienes los cometieron deben ser castigados. Dilma es una de las pocas líderes políticas que está aparentemente exenta de la acusación de actuar en beneficio propio. Los cargos en su contra son muy limitados, y no ameritan un juicio político, seguramente no a manos de una banda de ladrones, tal como ha observado incluso la prensa internacional. Es justo considerar lo sucedido en Brasil como un “golpe de Estado blando”, sin duda bienvenido en Washington y, presumiblemente, con el apoyo de Estados Unidos.

–¿Puede leerse la visita de Obama a Cuba como una señal de cambio en la política exterior norteamericana?

–Con respecto a su decisión de política exterior hacia Cuba, Estados Unidos quedó aislado en el continente, de hecho en el mundo. Finalmente se rindió y accedió a dar algunos pasos hacia la normalización, aunque el embargo demoledor, condenado por el mundo durante muchos años, en gran medida sigue estando en su lugar. Estados Unidos, sin duda, seguirá tratando de recuperar el control sobre Cuba, el problema más antiguo de la política exterior de Estados Unidos, que se remonta a la década de 1820. Sobre este punto, su política exterior no está cambiando. Lo que está cambiando, sí, es que ahora Estados Unidos está obligado a tomar en consideración los avances significativos en América Latina. No diría entonces que su política exterior se esté modificando; más bien diría que es un signo de que el poder de Estados Unidos está disminuyendo muy rápidamente.

F/La Jornada
F/Archivo

Si mañana se monta un marxista más marxista que Chávez intentando la metodología socialista/comunista – conociéndola verdaderamente o no – (Además de usar la palabra “socialismo” más como romanticismo que como método, y a su vez para manipular con populismo), dirá que CHÁVEZ ERA DE DERECHA Y CAPITALISTA.

  • Finalmente la cereza del pastel… ¿Sabías tu que desde que tumbaron el gobierno de Marcos Pérez Jiménez hemos vivido en gobiernos que se definen socialistas? Para no extenderme más, busca quienes fueron la generación del 28.

    Cuantas veces y en que países estuvo preso por comunista Rómulo Betancourt fundador de AD.
    AD, Copei y el PCV que tumbaron el gobierno de 5 años de Marcos Pérez Jiménez, TODOS se definían de izquierda, AD y Copei hasta que llegó el MVR que se volvió el PSUV(PCV) se definían de izquierda, hasta en la página de Wikipedia que la hace un adeco obviamente se definen de centroizquierda.

    Aquí algunos enlaces:

    http://bit.ly/1X7HUtD Entrevistado: Carlos Canache Mata, Jefe de la Fracción Parlamentaria de Acción Democrática (AD) (1985)

    http://bit.ly/1OSUBra Rómulo Betancourt

    La única derecha que hubo aquí fue Marcos Pérez Jiménez y fue la época más prospera de Venezuela.

  • Ahora, ¿Qué es lo que tanto temen y odian los que son Marxistas por sentimientos mas no por que se hayan fajado a buscar la verdadera teoría y metodología del Marx y Engels?, Temen los abusos de las corporaciones, y a eso se conoce como Corporativismo, y el Corporativismo (que es otro conjunto de acciones) es cuando las empresas con poder y corporaciones, se juntan con el estado en detrimento de la civilización, de los ciudadanos de una nación. Y esto es bien fundado, todo empresario o emprendedor honesto debe repudiar estas acciones corporativistas o lobistas como se conocen en otras latitudes.

  • Según el coeficiente Gini que mide la desigualdad en ingresos por países China solo está a 4 puestos de ser el último país del mundo, solo 4 puestos más abajo y es el más desigual (ningún COMUNismo), los otro 4 puestos son puros países africanos que viven muy precariamente.

    30 Millones de chinos viven en cuevas (http://bit.ly/1EI1cJX)

    Jóvenes chinos viven en cápsulas de cuatro metros (http://bit.ly/1WqnSvR)

    Honestamente, factualmente el socialismo y el comunismo como metodología en ningún país ha funcionado.

  • Entonces para el socialismo, que luego dará fase al comunismo no debe existir la propiedad privada y tampoco el estado. Lo cual es todo lo contrario de lo que sucede en los países que han sido socialistas y comunistas, prevalece siempre un grupito que manda de manera dictatorial (como reyes donde ellos mismos son la ley y la maquillan con matices de democracia).

    Rusia no es socialista, ni China es comunista, ya con lo anteriormente expuesto se comprueba (yo puedo definirme como un hombre de 2 metros de altura… pero a pesar que me diga así o me crea así… la realidad es otra), además de que por ejemplo China es la fábrica del mundo, luego de estados unidos el país que más hipermillorarios tiene es China, Rusia está en 6to lugar.

  • En El Capital, el libro de Marx expone dos cosas que definen lo que es su idea socio económica:

    1) La teoría del valor-trabajo, teoría que considera que el valor de un bien o servicio está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo, lo cual es mentira pues así tu inviertas toda tu vida haciendo un producto si nadie desea ese producto, pues nada vale.

    2) Los conceptos de propiedad y Estado están íntimamente relacionados, según Marx y Engels, ”el gobierno del estado no es más que la junta que administra los negocios comunes de la clase burguesa”.

    Lenin ahonda más en esa función como maquina represiva que tiene el estado, “mientras exista la propiedad privada, el Estado, aunque sea una república democrática, no es otra cosa que una máquina en manos de los capitalistas destinada a aplastar a los obreros, y cuanto más libre sea el Estado, con tanta mayor claridad se manifiesta este hecho”.

  • No se puede satanizar a las personas que quieren emprender por su propia cuenta, sembrar, procesar, producir algún bien o servicio, pues estas satisfacen necesidades y crean los bienes y servicios que tanto deseamos, y además crea empleos, pero pasa que a todo el que realice esta labor mercantil o comercial (seas tú, sea yo), es mal visto y mal llamado capitalista, aun cuando estas acciones se vienen haciendo 5.000 años antes que Marx naciese.

    Estas acciones crearon todo el avance de la humanidad hasta nuestros días, esta forma socio económico de organizarnos que aprovecha el interés de cada persona esforzada en surgir nos ha traído hasta aquí.

  • Chávez era de Derecha y Capitalista.

    El problema no es el capitalismo, socialismo o comunismo… Todos términos creados por un judío como lo fue Marx, antes de él esa nomenclatura no se usaba. Todo viene de ese libro de 3 tomos, El Capital. Además del Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Términos como capital, capitalismo, oligarquía plusvalía, proletariado, burguesía, dictadura del proletariado. Marx trató de simplificar lo que veía en ideas. Por eso el comunismo, el socialismo y capitalismo son idealismos que él creó, acciones que él coloco el un conjunto y les dio nombre, todo con el fin de poder exponer sus ideas, de lo que él creía correcto.

    Ahora que pasa con el socialismo como idea, pasa que tiene un tremendo romanticismo esa palabra, pero es como decirle a una bomba florcita… tirar una florcita tendría un efecto devastador a pesar de lo bonito que suena.

  • Totalmente de acuerdo con estos planteamientos. Recordemos que el ojo avizor de Chávez puso en el tapete el pensamiento de este importantísimo pensador de este siglo. Sus comentarios sobre uno de sus últimos libros disparó la venta del mismo a nivel mundial, lo mismo de las del libro de Eduardo Galeano, Las Venas Abiertas de América Latina. El peso del pensamiento de Nuestro Comandante está intacto. Los gringos no han logrado sacarse de encima el yugo que les impuso Chávez y, todo el caribe y América Latina, en el último encontronazo en la OEA , en conjunto, con toda las discrepancias ideológicas que hay, desde México hasta Argentina, le dijeron a los del norte: ¡EL SUR EXISTE!. Estados Unidos y Canadá quedaron tan aislados, cosa nunca vista, que tuvieron que unirse al consenso de la mayoría. ¡AHORA ES QUE HAY CHAVEZ PARA RATO! Almagro se jugó su última carta y la perdió. Él, los Estados Unidos y Canadá, quedaron en ridículo.

  • Este hombre, Noam Chomsky, es un sabio. Sus comentarios no dejan lugar para decir lo contrario. Son tan acertados que no parece haber nacido en los Estados Unidos. Ojalá España tuviese un similar para nosotros no sentirnos avergonzados de la llamada madre patria. Me refiero, por su puesto, a nuestra era.