“Estados Unidos (EEUU) no va a dejar a ningún país del mundo la posibilidad de tener una alternativa al capitalismo”, sentenció ayer Alfredo Oliva, conductor del programa Construyendo la Utopía y columnista de los diarios Correo del Orinoco y Ciudad CCS. En este sentido, “mientras Venezuela mantenga la idea de tener un mundo digno, no la va a dejar tranquila”.
La guerra psicológica es el arma mencionada por Oliva en cuanto a las acciones de EEUU para llevar adelante su objetivo. Esos conceptos incluyen “la guerra económica, las operaciones encubiertas y el terrorismo mediático, porque al final la guerra económica es la destrucción y conquista de las mentes”.
De acuerdo con Oliva, la primera unidad de guerra psicológica fue creada por los nazi. Su nombre era “guerra por una visión del mundo”. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, EEUU adoptó la estrategia y le dio la denominación actual.
EL MIEDO HUMANO
Todo lo que está detrás de la guerra económica es el miedo que genéticamente tienen las personas a la muerte, aseveró Oliva. Alegó que sobre ese miedo se monta el terrorismo mediático.
Aunque algunas personas lo cuestionen, “el terrorismo mediático existe”, aseguró Oliva. Señaló que se ejecuta a diario y para muestra “solo hay que ver cuántas noticias negativas se transmiten en los noticieros durante la mañana”.
Durante su participación en el conversatorio sobre guerra informativa, realizado en la Casa Amarilla Antonio José de Sucre, Oliva advirtió que esas acciones son minuciosamente planificadas y para su ejecución se cuenta con “mercenarios y sicarios” de la comunicación.
LA INTOXICACIÓN MEDIÁTICA
La “intoxicación mediática” es uno de los resultados de esas estrategias, indicó Oliva. Mencionó como ejemplo los titulares internacionales que apoyan la idea de que “en Venezuela hay una dictadura y se están matando a los estudiantes”.
En el año 1989 CNN se convirtió en el primer canal de transmisión continua de noticias, comentó. Y “en el artículo Periodismo y guerra – publicado por la Red Voltaire – se expone que ya en 1998 en la sede de ese canal se instaló una unidad de operaciones psicológicas. Ese es solo un ejemplo de lo que hacen todas esas corporaciones”. La “intoxicación mediática” no da margen a la improvisación, agregó.
GUERRA DE VIEJA DATA
La guerra mediática es de vieja data. De acuerdo con Oliva ya el Libertador Simón Bolívar en 1818 funda el Correo del Orinoco como un pertrecho militar para contrarrestar la guerra que la Gaceta de Caracas estaba dando en ese entonces.
Pero antes de la iniciativa de Bolívar, “ya el mundo había conocido la guerra de la información y la contrainformación, aunque no se denominara así”.
A juicio de Oliva, es por esa razón que las y los periodistas tienen un rol muy importante en el escenario actual. “Deben ser analistas capaces de descubrir la verdad detrás de las apariencias”. Y “si no están para comparar, verificar, contextualizar y analizar, entonces están perdiendo su tiempo”, indicó.
La guerra mediática, agregó, es apoyada – y por eso su estrecha vinculación con la guerra económica – en un mapa detallado de los gustos, necesidades, aspiraciones de todos los grupos etario del país.
El más poderoso de esos mapas en Venezuela “lo tiene las empresas Polar”. En ese sentido, “ellos saben muy bien que si dejan de llevar dos gandolas de un determinado producto a un lugar, se destruye el comportamiento social de esa región”.
“¿QUÉ HIZO CHÁVEZ?”
La intensificación de los ataques económicos y psicológicos contra Venezuela se inician con la llegada del presidente Hugo Chávez, precisó Oliva. La razón: “Él lanzó salvavidas al pueblo”.
Oliva comentó que no existe un programa social que entre los años 80 y 90 haya impactado a la pobreza para reducirla de 80 a 40%, tal y como lo hizo el líder de la Revolución Bolivariana. “Chávez lo que hizo fue salvar a la patria y es lo que se ha hecho en estos 15 años: reivindicar a los pobres”, expresó.
La recuperación de Pdvsa, de los servicios de comunicaciones y de la electricidad, son algunos de los ejemplos que detalló Oliva como parte de las razones que convirtieron a la Revolución en blanco de la guerra económica y psicológica con las que define la acción de EEUU.
A decir de Oliva, “destruyendo a Venezuela se caen las banderas sobre la posibilidad de que otro mundo sea posible por vía pacifica”. El fondo todo ese accionar, alegó, “es el odio que mantiene el poder expresado en el Gobierno de Estados Unidos”.