La autoridad democrática en el contexto del respeto a los derechos humanos es el punto de equilibrio que se debe consolidar en el país para brindar seguridad, explicó en conversación con el Correo del Orinoco, el profesor Pablo Fernández, quien consideró que ese es el llamado que ha hecho el presidente Nicolás Maduro al convocar a todos los sectores a trabajar para materializar resultados positivos en la lucha contra la inseguridad ciudadana.
“Eso no significa impunidad, como muchos han querido dar a entender, en el sentido de que estamos entre la tensión del garantismo pleno y de no hacer nada… Esa ha sido la lectura errada o maliciosa que algunos sectores reaccionarios y conservadores, amigos de la mano dura, han querido establecer como elemento de valoración de aquellos que defendemos el cumplimiento de los principios constitucionales”, aclaró Fernández, quien se desempeñó como docente de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad.
Consideró que, siempre que hay una presión social frente a casos emblemáticos y situaciones que generan zozobra, existe la tentación de querer buscar respuestas efectistas y de corto plazo. Recordó que eso ha ocurrido mucho a lo largo de la historia, no solo de Venezuela, sino en toda América Latina, y que el efecto ha sido siempre más violencia.
EL GRAN PENSADOR
Fernández aseguró que el comandante Hugo Chávez fue el hombre, en la historia contemporánea de Venezuela, que atinó a pensar en profundidad el tema de la seguridad y que guió al país hacia políticas reales e inéditas en la materia.
Recordó que, antes del Comandante, la improvisación fue la constante para el tema de la seguridad: “Incluso muchas veces desde la demagogia, desde el oportunismo, las respuesta efectistas que se circunscriben a las presiones sociales y mediáticas; pero no pensando a la seguridad como eje estructural que debe generar cambios en las instituciones, en la sociedad y en nuestro esquema de valores”.
En este sentido, Fernández señala que con Chávez se entendió que la seguridad no es solo un tema policial y así lo demostró la visión estratégica y la luz con la que el Comandante concibió una universidad de la seguridad, no solo para los policías, sino para todos los órganos de la seguridad ciudadana y para que se formaran bajo una misma doctrina, con un paradigma socialista y de profesionalización.
SOLUCIONES ESTRUCTURALES
Fernández considera que el presidente Nicolás Maduro también tiene clara esta visión y conoce que la solución a los problemas estructurales que afectan la seguridad del pueblo ya fueron estudiados, analizados, indagados, investigados y conceptualizados en una política, que es la Gran Misión A Toda Vida Venezuela.
Aseveró que esta política, como lo sostiene el Jefe del Estado, debe ser retomada con fuerza, contundencia, efectividad y eficiencia: “Allí está y tiene que ver con la prevención, atajar los generadores de violencia antes de que ocurra, y eso pasa por la educación, la inclusión de los jóvenes, el desarme y la construcción de mecanismos para resolver conflictos; además, todas las políticas sociales que viene desarrollando el gobierno para superar la gran deuda social que se heredó de 50 años de historia”.
Trabajar en la transformación de las instituciones de seguridad, los cuerpos policiales y la unificación de criterios son otro de los aspectos que sostienen esta política. Asimismo, Fernández destaca la formación, la mejorar de la capacidad operativa y la depuración como claves de la estrategia.
Avanzar en la transformación del sistema de justicia es el otro elemento señalado por Fernández, quien considera que esta es una deuda con la sociedad, ya que el sistema “no ha estado a la altura y las expectativas de nuestro pueblo, que tiene mucho que cambiar, que tiene que ser muy humilde en sus estructuras para asumir la cuota que le toca en todo esto”.
En este sentido, enfatizó la importancia de seguir avanzando en el compromiso y amor que ha puesto la ministra Iris Varela sobre el tema penitenciario. Considero que las cárceles deben convertirse en centros para recuperar a la gente y continuar estableciendo condiciones para pagar la deuda con la sociedad y la justicia, pero con respeto a la dignidad humana.
La atención a las víctimas de la violencia también es un vértice importante, por lo que destacó la acción del Presidente en la creación de un centro nacional para abordar este aspecto: “Esa es la otra cara: la víctima de la violencia queda al abandono y hay consecuencias. De un homicidio se derivan daños a la familia, la comunidad, entonces esa dimensión social tiene que ser atendida por el Estado”.
Asimismo, Fernández hizo hincapié en la construcción de conocimiento científico para que las políticas de seguridad avancen, y en ese sentido, destacó el rol de la Universidad Nacional Experimental para la Seguridad (UNES).
“No podemos quedarnos con lo que hemos aprendido, porque el delito va mutando; por lo tanto las respuestas también deben llevarle un paso adelante para reducir sus efectos”, acotó Fernández, quien señaló que el camino está trazado.
LA PENA DE MUERTE NO HA “RESUELTO NADA EN EL MUNDO»
“Ni desde lo ético, ni desde lo jurídico, ni lo práctico la pena de muerte ha resuelto nada en el mundo”, afirmó el educador Pablo Fernández, quien señaló que esta es una práctica cuestionable desde varios puntos de vista, principalmente desde el científico, ya que se ha demostrado que los países que la aplican no han logrado reducir la violencia, por el contrario, la criminalidad ha aumentado.
Consideró que cada vez que hay un hecho de violencia emblemático que afecta la sociedad, “algunos agoreros del desastre utilizan la pena de muerte como una carta discursiva y política, porque es un discurso que gana afectos en unos sectores muy reaccionarios de la sociedad”.
Pero además del argumento científico, Fernández destaca el aspecto ético. Cree que una sociedad que se construye sobre un marco de valores como la venezolana, que fue uno de los primeros países en abolir la pena de muerte en el mundo, y que construye un camino de paz con base en el socialismo humanista, no puede promover la pena de muerte como una solución a los problemas.
Asimismo, precisó que desde el punto de vista jurídico tampoco es una opción viable, ya que habría que cambiar todas las leyes nacionales, empezando por la Constitución: “Y no creo que hubiera voluntad en nuestro Gobierno Revolucionario, bolivariano, socialista, chavista y humanista de traer una rémora de la historia como es la pena de muerte al escenario para la solución de los problemas. Eso no está ni meramente pensado en la concepción y conciencia que tiene nuestro Presidente y los revolucionarios”.