La liberación de 11,5 millones de documentos, en alianza con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), ha puesto de manifiesto una vez más las prácticas delictivas en el corazón del capitalismo global. Figuras de alto perfil de todo el mundo se han visto afectadas, con un total de 72 actuales y ex jefes de Estado.
Los documentos de Panamá son sólo la punta del iceberg. El Wall Street Journal reconoció que la industria offshore ha «prosperado» en los últimos años. De acuerdo con el Boston Consulting Group, la riqueza privada dirigida hacia paraísos fiscales creció un 7% en 2014, alcanzando $ 11 billones de dólares. Entre 2009 y 2014, el número de “empresas piratas” registradas en los siete paraísos fiscales más grandes aumentó en un 7%, a 672.500.
Mientras tanto los gobiernos de la derecha lanzaron un asalto sin precedentes sobre los salarios, el nivel de vida y la estabilidad laboral de la clase trabajadora para pagar miles de millones dólares en el rescate de los bancos a raíz de la crisis capitalista mundial del 2008.
Tax Justice Network estima que el 13% de la riqueza mundial total se almacena ilegalmente en paraísos fiscales, lo que equivale a $ 32 billones de dólares. Esto ni siquiera incluye los refugios fiscales nacionales, tales como Delaware y Wyoming en los Estados Unidos.
Se han planteado dudas acerca de la participación de las autoridades de Estados Unidos. WikiLeaks alegó que USAID financió las noticias.
Kristinn Hrafnsson, portavoz de WikiLeaks, criticó la decisión del ICIJ de no liberar toda la información como «periodismo irresponsable.»