En su segunda homilía en Cuba, al pie de la cruz de cinco metros a lo alto de la colina Loma de la Cruz, en Holguín, el papa Francisco llamó a la población a esforzarse a mantener la humildad del espíritu con el vínculo de la paz.
«Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor» manifestó el Sumo Pontífice.
La ceremonia religiosa, se efectuó en la plaza mayor de la revolución Calixto García, a la cual asistieron miles de feligreses, el presidente de Cuba, Raúl Castro, miembros de su gabinete ejecutivo y otras autoridades y representantes de la Iglesia Católica.
En sus palabras durante la ceremonia religiosa, el Papa hizo énfasis en la fuerza del amor de Dios y de la mirada de Jesús que va «más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer (…) Dejemos que su mirada recorra nuestras calles, dejemos que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza, el gozo de la vida», expresó.
Al rendir tributo a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona del pueblo cubano, el Papa hizo votos porque la mirada maternal de la madre de Jesús esté siempre atenta «a cada uno de ustedes, sus hogares, sus familias».
Para finalizar su homilía, Francisco abogó porque «la bendición de Dios, de una manera muy especial, los ayude en este camino de bondad, de encuentro, de amor, y al final como mendigo les pido que, por favor, no se olviden de rezar por mí».
El Papa le obsequió un cáliz al obispo de Holguín, Emilio Araguren Echeverría, quien agradeció al Sumo Pontífice por su diócesis y ratificó el fortalecimiento de la espiritualidad del pueblo de Cuba y su vocación de paz.
«Nos corresponde favorecer la pastoral del encuentro», expresó el obispo.
El Papa fue recibido más temprano en el Aeropuerto Internacional Frank País, en Holguín, or el primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, así como por el obispo Echeverría.